Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

El miedo y el valor

La temporada de Jorge Lorenzo es una de las más complicadas que se le recuerdan. Nuestro columnista Juan Pedro de la Torre analiza su situación y las declaraciones del mallorquín donde argumentadaba haber tenido miedo, tras finalizar 13º el pasado sábado en Assen.

Hace unas carreras decía que saldría de esta, que había pasado momentos más difíciles, y es verdad, pero después de haber visto al Lorenzo de 2013, que sin duda fue el piloto más completo de la pasada temporada, lo que está sucediendo este año nos deja perplejos. Y en Assen terminó con el peor resultado que se le recuerda.

Pero por encima de todo y de cualquier otra consideración, me quedo con el Lorenzo que nos encontramos el sábado por la tarde, en el habitual encuentro con la prensa posterior a la carrera. Un Lorenzo directo y sincero, como de costumbre, brutalmente honesto. Y valiente; muy valiente. Porque hay que ser un hombre valiente para decir lo que él nos dijo: «La moto ha ido más o menos bien en agua, no ha sido excusa para no ir rápido. Yo he ido muy muy lento y con miedo (…). El daño que me hice el año pasado me ha hecho tener miedo a repetirlo y no tener el coraje y el valor que tenían los demás para ir en esas condiciones. La culpa ha sido mía, he fallado yo, ha fallado mi falta de confianza».

Que nadie se engañe. Una situación así no es nueva en el motociclismo. El piloto que diga que nunca ha sentido miedo, miente, porque hay momentos en que esa misma sensación definida por Lorenzo ha sido también experimentada por muchos otros, por todos, lo que ocurre es que nadie tiene el coraje de llamarlo por su nombre, miedo, y se emplean múltiples eufemismos. Porque parece que la palabra miedo es un tabú en el motociclismo, como si decir “hoy he tenido miedo” restara cualidades o capacidad, o fuera un desprestigio. Por eso admiro la entereza de Lorenzo. En los tiempos heroicos muchos pilotos renunciaban al Tourist Trophy por miedo, y no se les tenía en menor consideración por ello, ni mucho menos.

Esa misma sensación definida por Lorenzo ha sido también experimentada por muchos otros, lo que ocurre es que nadie tiene el coraje de llamarlo por su nombre: miedo

Algunos dirán que con declaraciones como esta flaquea o que deja al descubierto su debilidad mental. Bueno, es su opinión. Yo pienso todo lo contrario. Hay que pensar que en situaciones de estrés es muy importante liberar tensión y sacar fuera los problemas para evitar que estos se enquisten. Al afrontar su problema con tanta sinceridad y apertura, Lorenzo se libera de él. Si lo hubiera enmascarado se lo habría quedado dentro, rumiándolo, sin llamarlo por su nombre. Y además, también fue muy claro al argumentar sus razones que, en buena medida ofrecen una explicación del porqué esta temporada tan complicada: todo empezó en Assen hace un año.

Aquella rotura de clavícula y la heroicidad posterior, y su caída en Alemania. Aquello marcó 2013, y ha sido clave en el arranque de 2014. La operación a la que se sometió en invierno (le retiraron placas y tortillería de anteriores intervenciones) le retrasó su preparación física, y a eso hay que sumar dos cambios de preparador físico durante el invierno. Él, que siempre ha cuidado al máximo el tema físico, ha cometido un descuido en este aspecto, y lo está pagando caro, y es consciente de ello. Sabe que el origen de todo está en Assen 2013, también lo sucedido el pasado sábado, pero asume la situación con valentía, hablando a las claras, mirando de frente a sus miedos. Y eso se llama valor.

Lorenzo tiene diez Grandes Premios por delante para rehacerse. El título es imposible ya, pero no por nada especial, porque resulta imposible para todos a la vista del estado de gracia en el que se encuentra Marc Márquez, pero aún está a tiempo de recuperarse y ofrecernos su mejor cara, esa que le llevó a ganar dos títulos de MotoGP y otros tantos de 250.

Lo último

Lo más leído