¿Hay manera de divertirse y no hacer el cafre? Viendo lo visto últimamente parece que esto no sea una opción viable… Pero lo cierto es que se puede disfrutar y mucho tanto de la vida como de la moto y respetando a nuestro entorno. Eso, precisamente, parece que no es lo que estaban haciendo el protagonista del vídeo y sus colegas. Como ya hemos visto recientemente, es muy habitual que haya quedadas de gente en Estados Unidos que sale a pasear en plan jauría con sus motos.
Lógicamente la anarquía es su única regla, así que del tema de protegerse correctamente ni hablamos. En los pocos segundos que dura no se ve a nadie que podamos decir “bueno, al menos este tipo iba correctamente equipado”. Pero lo peor no es que no vayan equipados, al fin y al cabo eso es problema de cada uno y sabemos por experiencia, que antes o después, van a comprender el motivo aunque sea de mala manera.
El caso es que en el vídeo en cuestión vemos uno de los mayores desprecios por el resto de usuarios de la vía de las últimas semanas. Además, con el agravante de que el protagonista de la escena resulta que va con el resto de gente. Lo cierto es que no hay que ser muy inteligente para saber que si vas circulando en grupo hay cosas que no debes hacer y, claro está, una de ellas es hacer caballitos.
¿A quién se le ocurre ir en mitad de un grupo y empezar a hacer caballitos? ¿A alguien el entra en la cabeza? A mi no… No es fácil de comprender qué tenía el muchacho en su mente cuando decide “tirarle” al más puro estilo de Emilio Zamora o Narcís Roca. Como es lógico, cada acción tiene su reacción, y lo cierto es que esta reacción es, al menos, espectacular. Con una sola rueda en el suelo, sin ver lo que tiene delante y con ese desprecio a su entorno resulta inevitable que la situación acabe en desastre aunque, eso sí, lo hace con estilo…
Sin quererlo utiliza como rampa de lanzamiento al “pobre” compañero al que atropella para salir despedido por los aires al más puro estilo “Evel Knievel mal”. Te preguntarás cómo es posible que circulando tan despacio sea posible un vuelo tan alto. Pues bien, fíjate en que las dos ruedas traseras tocan y es por eso que sale despedido. Un golpe tremendo tanto físicamente como en el orgullo. Esperemos que, al menos, le haya servido de lección y a partir de ahora muestre más respeto por el resto de usuarios de la vía.
