En los últimos meses hemos visto una escalada de patentes basadas en sistemas de alerta frente a impactos, tanto frontales como posteriores. Basados en la misma tecnología aplicada ya en los automóviles (radares y cámaras de visión artificial), estos sistemas se integran en las motocicletas para aportarnos un plus de seguridad sin que por ello perdamos la diversión a la hora de llevar nuestras monturas.
KTM y Ducati trabajan con Bosch en radares delante y detrás, Honda por su parte podría instalar cámaras en su Gold Wing Suzuki ha optado por un sistema pasivo que consiste en hacer más visibles las motos con reflectores para los radares ya instalados en los coches y, por último, Kawasaki también trabaja en un sistema similar al de los europeos ubicado en el frontal y la zaga.
Pero Honda quiere ir un paso más allá y lo hace además entrando en el ámbito de los cascos inteligentes o smart-helmets con un sistema de aviso por colisión que va instalado en la parte trasera del casco, tal y como podemos ver en las patentes que acompañan al artículo.
Esta solución se nos antoja, al menos sobre el papel y basado en los dibujos y planos desvelados, demasiado complicada aunque no podemos decir si es efectiva o no. Lo primero que se nos ocurre es el aumento de peso en el casco debido a la instalación de sensores, sistema de comunicación y baterías.
Por otro lado y teniendo en cuenta que la cabeza no permanece fija en un lugar y, por lo tanto, los sistemas de detección no siempre estarán enfocados al peligro que nos llega desde detrás (por ejemplo, si estamos mirando hacia un lado), no sabemos si funcionará bien en estos casos. Lo mismo ocurre cuando llevamos pasajero (algo que ya pasaba en los cascos con retrovisor, que no acabaron de tener el éxito esperado).
Dejando a un lado estos sistemas que, integrados ayudan a minimizar los riesgos, es importante que cuando nos detengamos lo hagamos en una zona segura. En ciudad, debemos buscar siempre la parte derecha del carril con el fin de que un vehículo que no frene a tiempo, pueda esquivarnos por la izquierda y no nos veamos atrapados entre dos coches.
En carretera y ante por ejemplo una detención por circunstancia del tráfico (retenciones, obras, accidente), obrar de la misma forma deteniéndonos incluso si es necesario en el arcén (pero no circulando por él, prohibido por normativa) al menos hasta que haya suficientes coches detrás de nosotros como para hacer de barrera.
