Hace tiempo, antes de la maldita pandemia, teníamos una frase para hacernos ver que el tiempo pasa y era: “recuerda que los ‘90 no son la década pasada”. Es uno de los mayores golpes de realidad que puede recibir alguien que los ha vivido de manera consciente. El reloj y el calendario son duros contrincantes y es por eso que la moto que traemos hoy, a pesar de ser moderna es prácticamente una moto clásica. Estamos hablando de una flamante Yamaha V-Max pero ya con veinte años a sus espaldas.
Eso sí, lo primero que tenemos que decir de esta unidad antes de contar más detalles es que el paso del tiempo le ha sentado mucho mejor que a la mayoría de los que estamos en la redacción, empezando por uno mismo. Las cosas como son… Lo cierto es que su desgaste es muy limitado pues en estas dos décadas ha recorrido únicamente 855 millas, es decir algo menos de 1.400 kilómetros, que trasladado a kilómetro por año nos deja menos de 70. Cualquiera de nosotros recorre a pie más distancia en esos 12 meses.
Eso sí, aunque ha estado cuidada y mantenida es verdad que cuenta con algún pequeño desperfecto estético. Un modelo que se caracteriza porque su pintura simula la fibra de carbono, que era lo más a principios de siglo y que a muchos nos sigue gustando cuando es de verdad. El caso es que esta unidad, que por cierto está en Arizona, Estados Unidos, busca cambiar de aires. Su actual propietario, que sólo ha recorrido 85 millas del total de las 855, le busca nuevo hogar. Para ello la ha puesto al día en lo que a neumáticos, batería, filtros y aceite se refiere. Todos ellos están recién cambiados para que quien se lleve la moto a casa sólo tenga que preocuparse de llenar el depósito.
La unidad en sí cuenta con dos extras, uno un parabrisas y el otro un reposaespaldas para el acompañante. Precisamente este último presenta una pequeña rotura, nada serio. En cuanto al modelo en sí, hablamos de un contundente V4 de 1.198 cc que emplea el sistema conocido como “V-Boost». No es que sea un supercargador, sino que se trata de un sistema de válvulas de mariposa con servo, que conectaba los colectores de admisión. Con esto se conseguía más potencia a altas vueltas ya que tanto el aire como la gasolina entraban de una manera más eficiente. Es por eso que en Yamaha consiguieron que la potencia superase los 140 CV, es decir algo más de 40 CV más que ese mismo motor montado en la Venture.
En cuanto a la venta, estuvo en subasta y la puja máxima llegó a los 6.900 dólares, lo que no ha sido suficiente para alcanzar el precio de reserva que se sitúa en los 8.000 incluyendo impuestos (sólo los Estadounidenses). Así que por poco más de 7.500 euros podría ser tuya.
