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Pingüinos 2017 (Valladolid): 22.536 inscritos se citaron en la Hípica

Fotos: José Tellez / Andrés López
Álvaro López
Parece que ha pasado mucho y solamente han sido 3 años desde la última vez que asistimos a Pingüinos. 2014 fue una edición que dejó con un sabor de boca especial a todos los que asistimos a ella. Buen tiempo, (dentro de lo que cabe esperar en Valladolid en enero), miles de aficionados a las dos ruedas y sobre todo el pinar de Antequera como “nido”.

Era un listón muy alto el que tenía que alcanzar esta nueva edición de Pingüinos para que la nostalgia no hiciese mella entre los románticos de las dos ruedas, los de las hogueras y la tienda de campaña. Aquellos para los que quitar el hielo de la moto al levantarse entre árboles es parte de una magia especial que necesitan vivir cada segundo fin de semana de enero y nosotros el mismo jueves ya estábamos con nuestras motos aparcadas para cubrir un evento que a priori prometía ser todo lo que era en sus años dorados.

Con ese recuerdo, con el entusiasmo y por qué no decirlo, con el temor de que Pingüinos no fuese lo mismo a lo que nos tenía acostumbrados en el pasado, nos presentamos en esta edición que ha tenido lugar del 12 al 15 de enero en Valladolid para recuperar la emblemática concentración tras 3 años de parón.

Las previsiones indicaban lo que posteriormente se materializó, no habría agua, no habría nieve, pero la temperatura estuvo en negativo durante gran parte de los días.

El jueves se abrían las inscripciones y el nuevo emplazamiento en la Hípica Militar, localización sobre la que nos aseguraron, se había trabajado para ofrecer buenas garantías en caso de lluvias.

Noche y moto en Pingüinos 2017

A las 15:00 se abrieron las inscripciones y pudimos entrar a evaluar dichas instalaciones, en las que hemos pasado los siguientes 3 días. Unas instalaciones mejoradas con respecto a las vistas en la Fiesta de la Moto (mejores accesos y trabajo sobre los caminos) del año pasado serían las encargadas de recibir a los primeros aficionados que durante esa noche disfrutarían de los conciertos de “Dos Perros” o “Los Pichas”, encargados de amenizar el fin de la primera jornada.

El viernes amanecío, de nuevo, con cielo despejado y con la primera helada de muchas, lo que sería el viernes de la famosa nochevieja pingüinera. Una excursión a Boecillo y un show de Stunt donde Humberto Ribeiro y Narcís Roca (que volvía a Pingüinos por primera vez desde 2011) calentaron a los aficionados dando una muestra de lo que sería su show el día grande, fueron el aperitivo perfecto para el primero de los grandes momentos de la concentración.

A las 10, un reguero de motos sin fin se divisaban en la carretera que da acceso al recinto habilitado por la organización, recinto que ya comenzaba a dejar ver un ambiente espectacular. “Hook” y “Rock and Roll Circus” se encargaron de ir calentando el atardecer, mientras multitud de moteros abarrotaban la “Plaza Pingüinos” con su ya mítica copa y piñones para despedir el año “pingüinero”.

Mela Chercoles fue el encargado de amenizar estas campanadas que dieron paso a la fiesta posterior, fiesta que se alargaría hasta altas horas con Shows brasileños y el concierto de Obus que con un gran directo cerraba la programación del viernes.

El sol cae en Pingüinos 2017

Pudimos charlar un rato con el propio Mela, quien nos comentó que había asistido a esta edición, número 34, en honor a Kevin Schwanzt, y que, a pesar de haber asistido a dos ediciones con esta, para él Pingüinos es algo especial, un lugar y un momento para disfrutar de la moto con amigos al que sin duda volverá, así como destacó el gran ambiente que se estaba viviendo aun siendo viernes y que se esperaba vivir aún al día siguiente.

Llegó el día grande y en la Hípica Militar no cabían más motos. El sol brillaba con fuerza para acompañar un desfile de banderas que colapsó el centro de Valladolid durante más de media hora fue el centro de una mañana de motos inmejorable. Una vez más, Valladolid salió a la calle para demostrar que sienten esta concentración como suya. El desfile de banderas de Pingüinos es uno de esos momentos que hay que vivir, entrar por el Paseo de Zorrilla, enfilar la curva de Plaza de Colón y entrar a la acera de Recoletos con las calles abarrotadas de gente aplaudiendo, saludando y sacando fotos es uno de esos trayectos que se marcan en la memoria de todo motero y la verdad es que ya no sabíamos si estábamos en Pingüinos 2013, 2014 o 2017…

Como no, la exhibición de stunt era el plato fuerte que esperaba a los moteros en la acera de Recoletos.

Poco se puede decir de Narcis Roca, o más bien algo simple, “qué bueno que volviste”. Demasiados años sin ver en Valladolid a uno de los mejores del mundo hizo que los aficionados lo cogiesen con más ganas, y es que tanto la gente como Narcís dieron todo durante esos trucos tan suyos como dar volteretas con la moto, quitar la rueda delantera realizando caballitos interminables o sacar un monociclo para animar a los aficionados. Sin duda uno de esos pilotos que saben hacerse querer y es que el catalán es de otra pasta.

Las exhibiciones de freestyle son obligatorias en Pingüinos 2017

Su pareja de baile fue Humberto Ribeiro. El portugués asistía a su primera concentración pingüinera y tenía ganas de gustar. Tremenda puesta en escena la que hizo Ribeiro, transmitiendo ganas, diversión y fuerza, siempre con una sonrisa, mientras con varios tipos de motos se encargaba de pintar el pavimento de negro y de llenar de humo blanco el cielo de Pucela.

A las 20:00 comenzaba el desfile de antorchas en homenaje a los motoristas fallecidos. Las antorchas iluminaban la noche vallisoletana mientras cruzaban el puente del Poniente para terminar en la Plaza Mayor. De nuevo y como se hizo el año pasado durante la Fiesta de la Moto, se decidió terminar el desfile en el Ayuntamiento dando lugar a una estampa espectacular donde no había ni un metro cuadrado disponible. De nuevo Valladolid en la calle, cientos de flashes, teléfonos móviles, cámaras de video… pone los pelos de punta el poder rodar con un ambiente tan especial. Una traca de fuegos artificiales, lanzados desde el tejado del Ayuntamiento fue la encargada de poner fin a uno de los momentos más emotivos de la concentración.

Probablemente y aunque visualmente no cabe duda de que fue atractivo en ciertos momentos, perdió el sentimiento que caracterizaba el desfile en Pingüinos y es que, aunque la organización limitó las antorchas y prohibió los cortes de inyección con el fin de ir en silencio, no bastó para que multitud de motos se metieran, las motos circularon muy dispersas, muchas sin antorchas y multitud de pilotos hicieran sonar sus cláxones, y salir llamaradas por sus escapes. La organización debe revistar este aspecto si quiere volver a conseguir lo que consiguió en el pasado. Puede que suene antiguo, pero el desfile por el puente de Puente Duero, en silencio y con pocas motos, era otra cosa…

Aún quedaba disfrutar de la noche, “Rock and Roll Circus” y DJ con música electrónica fueron los encargados de comenzar a abrir la fiesta, que llegaría a su máximo con el concierto de Celtas Cortos, un grupo que va como anillo al dedo a esta concentración y que como ya nos tiene acostumbrados no defraudó. “Cifu” y los suyos cerraron una muy buena actuación que daría paso a una fiesta que se alargó hasta bien entrada la madrugada.

Héctor Barberá luce su Pingüino de Oro 2017

Pingüinos 2017 se acababa y quedaba, como no, entregar los Pingüinos de Oro y de honor. El domingo por la mañana se entregaron los galardones yendo los Pingüinos de Oro a parar a manos de Héctor Barberá y a Luis Salom a título póstumo. Por otro lado, los Pingüinos de honor fueron entregados a Fito Cabrales y a Jose María Alonso “Chemari”.

Durante esta entrega se vivieron algunos de los momentos más emotivos, cuando Héctor Barberá recogió el reconocimiento a Luis Salom (debido a la ausencia de su madre) y lo dedicó al piloto mirando al cielo.

22.536 inscritos, 4 días y una ciudad en la calle por y para las motos. Había pensado una conclusión un poco detallada, pero los números y sobre todo las sensaciones que hemos intentado plasmar hablan por sí solos y es que Pingüinos no tiene que volver, porque Valladolid nunca se fue, porque los aficionados nunca se fueron y porque esta concentración no tiene dueño, esta concentración pertenece a la ciudad y a los aficionados, por lo que se puede afirmar que Pingüinos no ha vuelto, Pingüinos nunca se fue.

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