Prueba Benelli BN 302 2016: doble alma

Benelli, fundada en 1911, es una de esas grandes firmas italianas de la historia de la moto que ha sobrevivido hasta nuestros días. Entre 1988 y 1995 la marca permaneció en standby pero en la última década las cosas han cambiado mucho ya que desde 2005 Benelli es propiedad del gigante asiático QianJiang (dueña también de Keeway). Es por ello que en su proceso de elaboración se fusiona el desarrollo y diseño desde Pesaro encabezado por el técnico Stefano Michelotti, con la fabricación y ensamblaje en la planta que la marca posee en China.

Durante los últimos tres años Benelli ha estado muy activa, ampliado gama desde abajo para llegar a un nuevo público más joven, potenciar los mercados emergentes y mantener su especialización en el segmento naked deportivo. Con las TnT 899/1130 copando las cilindradas altas, la BN 302 se sitúa entre la BN 251 y la BN 600 R ofreciendo un total de ocho modelos en su catálogo 2016, además de un abanico completo de propulsores de uno, dos, tres y cuatro cilindros, algo que sólo Yamaha es capaz de mostrar.

En marcha

La imagen de la Benelli BN 302 mantiene las líneas de su hermana BN 600 R, con soluciones técnicas similares como el chasis multitubular o el amortiguador trasero en disposición lateral, un diseño que nos recuerda a la segunda generación de la Kawasaki ER-6n. Estamos ante una moto atractiva, de buen tamaño y espaciosa que realmente podría pasar por una montura de 500 ó 600 cc. A sus mandos te sientes cómodo y adoptas una postura natural.

Además de su imponente chasis multitubular de acero en sección oval pintado en rojo apoyado en una horquilla invertida de 41 mm, la BN 302 posee multitud de detalles poco habituales en una moto de este segmento y precio que se agradecen en el día a día, como los neumáticos Pirelli Angel ST de serie, diábolos en un basculante asimétrico tubular para poner un caballete de carreras, maneta de freno regulable en distancia, instrumentación con pantalla digital que ofrece marcha engranada y nivel de combustible entre otros parámetros, discos flotantes lobulados, pinzas delanteras de 4 pistones, latiguillos metálicos, hueco bajo el asiento para un antirrobo, amplias asas de pasajero, escape con salida bajo el motor o puntera del pedal de freno regulable en distancia.

El corazón de la Benelli BN 302 es un bicilíndrico en paralelo de 300 cc y 8 válvulas refrigerado por agua y con doble árbol de levas que declara 38 CV a 12.000 rpm y 27 Nm a 9.000 rpm. Dispone de eje de equilibrado para minimizar vibraciones y, en resumen, es el resultado de “cortar” por la mitad el motor de la BN 600 R. Mientras que rodando por ciudad aprovechas su desarrollo corto y la estrechez del conjunto para zigzagear entre el tráfico, haciendo gala de un sonido ronco de moto grande y optimizando el consumo, en carretera te pide jugar con las seis marchas en su “zona buena” (6.000-10.000 rpm) para sacar lo mejor de sí. Al poco de conocerla te darás cuenta de que irás más rápido de lo que crees, pues sube rápido de vueltas y el propulsor se muestra enérgico y divertido. Los bajos no son tan poderosos como los de una V-Twin y es que la herencia deportiva de la marca está patente en el carácter de este propulsor.

En esas condiciones, se agradecería un amortiguador trasero con bieletas que aumentara la progresividad del tren trasero, aunque siempre podemos actuar sobre la precarga para ponerlo a nuestro gusto. Su buen equipo de frenos te ayuda a decelerar correctamente los 180 kg del conjunto, apoyado siempre en un notable freno motor. El manillar ancho y un centrado de masas lógico facilita los rápidos cambios de dirección.