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Prueba Quadro4 2016: equilibrio seguro sobre cuatro ruedas

Fotos: fotoAgencia/Quadro
No es en absoluto un quad y tampoco es exactamente lo que podríamos denominar una moto de cuatro ruedas. El scooter Quadro4 forma un trapecio rodante sobre el asfalto para ofrecernos una agilidad insospechada sobre el apoyo más seguro.

El Quadro4, con su vía delantera de 530 mm y su trasera de 460, se vende con homologación de triciclo, y se puede conducir indistintamente con un carné A2 o B. Tanto en el tren delantero como en el trasero, monta el HTS (Hydraulic Tilting System), sistema exclusivo de la marca ya conocido en el Quadro3, que hace bascular la moto con un trasvase de aceite de un émbolo al otro, de derecha a izquierda, y viceversa. En cada cambio, el aceite del vaso sobre el que se apoya la inclinación del scooter se dilata para facilitar después la vuelta a la verticalidad. Se trata, como decimos, del mismo principio de origen tres ruedas, evolucionado para este modelo de cuatro.

El motor de 350 cc, diseñado en exclusiva por la marca suiza, toma una posición central sobre el chasis, lo que facilita la estabilidad del vehículo, mermando, eso sí, la capacidad del espacio que guarda debajo del asiento, con un acceso independiente desde la plaza del pasajero.

La suspensión trasera, tomando el mismo sistema HTS, se monta sobre dos basculantes monobrazos independientes para cada rueda y con su correa dentada de transmisión cada uno, de manera que trabaja subiendo y bajando con cada obstáculo, sin afectar ni a la verticalidad ni a la trayectoria del Quadro4. Esto es algo que cuesta creer en parado y que después verificamos, no sin sorpresa, sobre la marcha.

El sistema basculante ofrece la opción de mantenerse bloqueado mediante una palanca para estacionar, apoyándose, además, en un freno de mano. También nos da la posibilidad de sostenerse en vertical, por ejemplo, sobre la línea los semáforos tan sólo con mantener las dos manetas apretadas. Estas opciones hacen que no sea innecesario el uso de ningún caballete, con lo que este cuatro ruedas gana una distancia libre al suelo que la convertirá, como veremos después, en la reina de las inclinadas en su categoría.

Motor

El monocilíndrico de 350 cc, que ha pasado de los 27 CV que rinde en la versión de tres ruedas a los 30 CV en ésta de cuatro, ronronea al ralentí con el mismo tono de cualquier tres y medio montado en un scooter, sin embargo el rumor que deja escapar al iniciar la marcha se siente más melodioso, dejando a un lado ese sonido a metal hueco, a lata, para entendernos mejor, que escuchamos tan a menudo en otros modelos. La progresión es más que digna, teniendo en cuenta el rozamiento que arrastra con sus cuatro ruedas sobre el asfalto, y el empuje nos catapulta con energía hacia adelante, a partir de los 30 km/h, para sacarnos de la jauría urbana, subida en otras cuatro ruedas, que acecha cada día al motorista. Ese empuje alcanza con fuerza los 100, para mantenerse en una línea plana y justa que finaliza en un corte, que llega sobre la línea roja del velocímetro, a unos 135 por hora, de marcador, claro está.

Pero antes de avanzar en el comportamiento dinámico del Quadro4, con su frenada, su inclinación y sus particulares suspensiones, analicemos este scooter cuadriciclo desde los dos puntos posibles en los que se desdobla la conducción de este insólito modelo.

Los suizos de Quadro también ofrecen algunos accesorios para el 4, como el baúl de 50 l. o el parabrisas alto

Para el motorista

Lo cierto es que la sensación general en marcha del Quadro4 es la de una moto, la de un scooter de dos ruedas, y el síntoma más claro que así la define es la forma de hacer su giro para entrar en cada viraje. A pesar de sus cuatro ruedas y de su sistema hidráulico HTS, para bascular a un lado y a otro, el Quadro4 gira, como cualquier moto, respondiendo al gesto del contramanillar. Además, los cambios de dirección se sienten de la misma manera, como una moto, tanto si practicamos una conducción digamos “continental”, con el cuerpo vertical y el scooter más inclinado, como si nos tiramos a por el interior, con el tronco tumbando y el codo de ese lado apuntando al asfalto. He de confesar que me mostraba muy escéptico antes de subirme a este inédito modelo, pensando que sería mucho más torpe en sus reacciones y desde luego más lento en los cambios de dirección, contando con que el primitivo Quadro3 que probé en su primera versión ya lo era, y en aquel caso, montando un solo módulo HTS. Ahora, al mirar los dos, delante y detrás, me temía que lo fuese más debido a la simple suma. Sin embargo, no es así, y Quadro ha marcado un importante avance en la capacidad y en la velocidad en el movimiento con su sistema basculante.

A la hora de inclinar, el Quadro4 puede llegar hasta donde queramos, hasta donde nunca hubiera soñado cualquier usuario de scooter corriente y moliente. La tumbada puede ser sencillamente bestial, y la sensación de ir absolutamente inclinado, sobre un ángulo de nada menos que 45º (límite del sistema), pasando repentinamente sobre un registro metálico o un parche inesperado en el asfalto o una mancha inoportuna sin que el Queadro4 se inmute, representa un lujo de la ciencia-ficción para cualquier motorista.

La firma suiza Quadro dispone del primer scooter de cuatro ruedas del mercado

Pero todo tiene un límite, incluso un vehículo que lo marca infinitamente más allá de las pretensiones con las que se posiciona en el mercado: ¡ojo para los quemados! La inclinada es bestial, como decimos, para un scooter, pero el sistema HTS tiene un tope, a partir del cual ya no inclina más. No llega a rozar ningún elemento de la moto, pero el Quadro4 no tumba más, y queda transitando apoyado en ese tope del sistema, que, si ponemos contra las cuerdas, la fuerza centrífuga comenzará a hacer despegar la rueda delantera exterior para sacar el vehículo de nuestra trayectoria deseada. Aun así, este particular scooter llega a ser condescendiente con los que se exceden con sus posibilidades y les da una oportunidad de “gracia” tirando aun más el tronco al interior o forzando el giro cerrando la dirección. En cualquiera de los casos, nos sentiremos seguros, por muy inclinados que vayamos, sobre un apoyo insólito hasta la fecha.

Un extra añadido, que tuvimos oportunidad de probar en un día molesto y particularmente ventoso, es la firmeza que el Quadro4 muestra frente al empuje del viento, mucho más que la moto más estable que podamos enfrentar contra esa fuerza diabólica para el motorista.

En cuanto a la frenada, desde el punto de vista del motorista, es suficiente, incluso algo sobrada, pero no lo llamativa que cabría esperar para una máquina de cuatro ruedas. Todo es cuestión del tacto de las bombas, de la frenada combinada sobre la maneta izquierda y sobre el pedal y del agarre de unos neumáticos, marca Heidenau, diseñados para trabajar con temperaturas bajas, entre los 5 y los 10º, teniendo en cuenta que el test de la presentación lo hicimos por encima de los 20.

El Quadro4 muestra mucha firmeza frente al empuje del viento, mucho más que la moto más estable

Para el automovilista

Aunque la posición es la propia de cualquier scooter, simplemente al sentarse, con los dos pies subidos sobre las plataformas (que es la postura natural de un automovilista, y no del motorista, al que se le escapa continuamente el pie, de una forma tan intuitiva como innecesaria) empieza por darle una confianza que se extiende cuando se sube su acompañante a la plaza trasera sin inmutarse, sin hacer el mínimo gesto, con el Quadro4 clavado sobre la vertical, manteniendo sus cuatro ruedas inmóviles.

Desde esa posición, puede soltar el freno de mano y liberar el bloqueo del sistema HTS, para salir igualmente sin haber hecho siquiera el amago de sacar una pierna. En el momento de abrir gas, y sin contar con la electrónica de control, el efecto que provoca la tracción sobre este sistema basculante, tiende a mantener el scooter vertical, dando un apoyo extra al propio equilibrio dinámico de una moto. Pasando al momento de inclinar para negociar las curvas, el instinto de supervivencia de ese automovilista se encargará, como es natural, de crear el vértigo en la boca de su estómago. El Quadro4 minimizará este efecto para ese automovilista de dos maneras:

  • Gracias al sistema HTS, la forma de inclinar es mucho más progresiva y resulta menos violenta que la de una moto para quien está habituado a conducir un coche. De esta forma, asimilará mucho mejor la inclinada, aplacando la insistencia de esas señales de vértigo que le envía su laberinto del oído.
  • El aplomo y la seguridad en la tumbada, que no sólo crea la idea de ir subido sobre cuatro ruedas, sino la propia sensación de solidez absoluta que transmite el Quadro4 en el paso por curva, le dará una confianza más que sobrada para que poco a poco vaya dejando de ir rígido a la hora de transitar, por ejemplo, por una de tantas y tantas rotondas urbanas, como sin duda cruza a diario.

El Quadro4 transmite mucho aplomo y seguridad en plena tumbada

Frenos

Sin necesidad del ABS, el Quadro4 retiene con una efectividad determinante en ciudad, desarrollándolo sobre una firme verticalidad, de manera que la sensación que percibirá el automovilista es la de un coche frenando, a pesar de ir agarrado a un manillar, en lugar de manejar un volante. Por otro lado, la frenada combinada en la maneta izquierda, y sobre todo en el pedal, refuerza esa sensación de un coche deteniéndose.

Por último, el tacto, algo esponjoso en ambas manetas, un detalle desde luego reprochable desde el punto de vista del más motero, y más quemado también, sin embargo se puede contemplar casi como una virtud para el automovilista completamente neófito subido en el Quadro4, porque estará prácticamente a salvo del temido manotazo del pánico que sufren con tanta frecuencia los principiantes.

El Quadro4 dispone de doble disco de freno delantero

La prueba del bordillo

El Quadro4 ofrece una altura libre al suelo suficiente como para bajar o subir un bordillo ordinario sin el riesgo de tocar con sus bajos en el filo de la piedra. Pero una cosa es atacar de frente, en línea perpendicular, un bordillo tanto para superarlo como para descenderlo y otra bien distinta, como todo motero sabe, es bajarlo, y no digamos ya subirlo en oblicuo, o en diagonal, si se prefiere. Todos sabemos cómo toda la moto convulsiona al bajar con la irregularidad del obstáculo y también cómo, directamente, la rueda delantera es rechazada por el bordillo, para cerrarnos la dirección, cuando pretendemos subirlo. Pues bien, con el Quadro4 se produce un efecto tan inédito como asombroso. Al subir en oblicuo, el tren delantero sufre una pequeña derivación, también con algo de inclinación, de un lado a otro, pero en cualquier caso, cualquiera de los dos efectos resulta levísimo, mientras que después de pasar el tren trasero, casi sientes la necesidad de mirar hacia atrás para ver si algún fenómeno paranormal ha alisado ese bordillo. A la hora de bajar, el fenómeno es más sorprendente si cabe, porque apenas si se percibe un breve movimiento en la parte delantera, mientras que cuando pasa la trasera, no se aprecia ni siquiera una mínima oscilación. El sistema de suspensión independiente resulta mágico, y se presenta como otro elemento de seguridad que añadirá, en exclusiva, un punto más de confianza en el ánimo de cualquier automovilista que conduzca esta innovadora forma de ofrecer el scooter con el apoyo más sólido del mercado.

Hueco bajo el asiento del pasajero del Quadro4

Y más…

El Quadro4 cuenta con una luz para el hueco bajo el asiento trasero, que se abre con la suavidad de dos barritas hidráulicas. Junto a esa luz nos ofrece una de las dos tomas de corriente. En la parte frontal y tras el escudo, se abre una guantera, con un espacio vertical, mientras que abajo encontramos otra más ancha, con una tapa en el plástico del color del scooter.

La marca suiza ha hecho coincidir la presentación a la prensa de este modelo con la inauguración de su primera tienda en España, dedicada en exclusiva a toda su gama de productos.

Como accesorios, Quadro ofrece para su 4 una pantalla más alta, que tapa al motorista incluso por encima de su casco, unos deflectores para las manos, transparentes y muy efectivos, lo mismo que los de las piernas, un baúl de 50 litros, muy útil, en este caso, dada la escasez del hueco bajo el asiento. Una escasez que no hay que olvidar, al fin y al cabo, que se trata de un tributo a la estabilidad de la moto, y no de una carencia, al centrar su motor bajo la plaza del conductor. Quadro también nos ofrece una manta de propio diseño para cubrir las piernas en invierno.

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