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Prueba Yamaha WR250F y Yamaha WR450F 2018: renovación azul

Fotos: Yamaha
Las exigentes y espectaculares instalaciones de Circuit Verd, en Moia (Barcelona) fueron un lugar ideal para poder conocer de cerca las características y el comportamiento de la gama de enduro. Nos subimos tanto a la versión de 250 como a la de 450.

Antes de que los aficionados de Yamaha pudieran disfrutar de una nueva edición del Yamaha Enduro Pro Tour en el Circuit Verd, tuvimos la oportunidad de poder probar las dos WR de Yamaha, tanto la versión de 250 como la de 450. Frío, mucho frío, hielo en el suelo a primera hora de la mañana y un poco de barro según fue avanzando la jornada fueron suficiente para poder sacar las primeras conclusiones sobre dos máquinas que han recibido modificaciones, en el caso de la Yamaha WR250F bastante importantes, de cara a la temporada 2018.

Yamaha WR250F: divertida y renovada

La Yamaha WR250 ha sido renovada

La pequeña de la casa ha sido el centro de atención este año para Yamaha. La Yamaha WR250F ha recibido un número significativo de cambios para presentar una máquina compacta y eficaz capaz de hacernos pasar buenos ratos en el campo.

Si empezamos a enumerar los cambios que ofrece este nuevo modelo, podemos hacerlo por la parte del motor, que ha recibido varias actualizaciones, tanto que podríamos hablar de un rediseño pues aunque la base es la misma encontramos grandes cambios en puntos muy importantes del mismo. Son varios los aspectos dentro del propulsor en los que encontramos modificaciones, empezando por la nueva ECU que incorpora nuevos mapas y límite de régimen. Pero mecánicamente también tenemos unos más que interesantes cambios que buscan modificar el comportamiento del mismo.

El pistón varía su forma y el material consiguiendo reducir su peso en un 7%, mientras que el bulón del pistón además de cambiar su forma tiene un nuevo tratamiento a la par que el surtidor de enfriamiento de pistón varía su forma. En el cigüeñal se ha añadido una arandela antifricción, mientras que también cambia de material la biela, que además ha sido rediseñada. Buscando siempre ganar prestaciones, la culata ha cambiado su forma en los puertos de admisión y de escape, a la par que las propias levas de admisión y escape han sido modificadas en su perfil y los muelles de válvula han variado su forma, siendo ahora 4 milímetros más cortos. La zona del escape también ha variado y la segunda parte del colector de escape ha cambiado su forma al igual que la brida del mismo teniendo un mayor diámetro con lo que aumenta sus prestaciones mientras que la brida protege más al piloto de posibles quemaduras. La tobera de la caja de filtro ha sido modificada buscando una mejor respuesta, variando tanto el material en el que está fabricado su longitud, ya que ahora es 15 milímetros más corto. Con ello se gana respuesta en altas.

Pero las modificaciones en la Yamaha WR250F no se quedan únicamente en el apartado del motor, ya que la horquilla delantera ha visto como se modificaba su estructura interna con diseño de pistón libre, optimizando la cantidad de aceite a emplear (10 cm3 menos que en la versión 2017) y añadiendo un rascador de aceite para preservar la mecánica. En cuanto a la suspensión trasera, también se ha trabajado para optimizar su ajuste. Además, ha desaparecido definitivamente la palanca de arranque, reduciendo peso y contando únicamente con el arranque electrónico. Eso sí, se puede adquirir el kit de la palanca de arranque por separado, aunque dicho sea de paso, no lo echamos en falta en ningún momento.

El chasis también se ha modificado en varios puntos que nos llaman la atención. Uno de ellos es el soporte de motor que varía su forma mientras que el otro es el cambio de forma en la zona del bastidor que gana tamaño y hace una curva que antes no tenía.

Probamos la Yamaha WR250F 2018

Estéticamente también encontramos cambios, ya que las placas han variado tanto por estética como para proteger los componentes eléctricos que van situados debajo del asiento. Las llantas pasan del negro al azul y, la verdad es que el cambio le sienta bastante bien.

En marcha se nota que la potencia es suficiente para poder disfrutar de una jornada (o mil) de enduro con las ventajas que tiene ser más ligera y contar con menos inercias que las motos más grandes. De esta manera podemos decir que es una moto más fácil de llevar especialmente si hablamos de niveles amateurs. En cuanto al tacto del motor, su primera respuesta es buena aunque hay que controlar el primer golpe de gas ya que la respuestas es un poco abrupta sobre todo en marchas cortas. Esto nos puede sacar de las roderas hasta que te acostumbras, pero una vez te acostumbras y “jugando” con el embrague no hay problema ninguno. Las suspensiones se comportan con mucha nobleza y funcionan perfectamente tanto si estamos en medio del bosque como en una crono o, incluso, en una pista de motocross. En todos estos supuestos pudimos probarla y las reacciones fueron positivas. El apartado de frenos en esta toma de contacto también fue impecable, completando un conjunto compacto y divertido al que los más experimentados pueden sacarle mucho partido.

Yamaha WR450F: potencia

La 450 derrocha potencia

Si su hermana pequeña ha recibido multitud de cambios con respecto a la versión 2017, en la WR450F encontramos muchos menos ya que el modelo fue renovado el año pasado. Aún así, hay pequeñas novedades que le dan un ligero cambio especialmente estético, aunque también tiene alguna modificación “interna”.

Eso sí, si comparamos lado a lado la versión 2017 y 2018 habrá algo que nos falte y es que como sucede en la 250 no tiene palanca de arranque aunque se puede conseguir de manera opcional. Este cambio implica otro y es que la brida del escape cambia de forma para proteger más al usuario ya que quedaba espacio libre. La tapa lateral cambia de forma y las llantas pasan a ser azules.

Pero los cambios más significativos están ocultos, uno de ellos con el cambio de mapa en la ECU y el otro en la horquilla delantera al incorporar un rascador de aceite mientras que el pistón es libre. Además, se ha optimizado el ajuste básico de la horquilla.

En marcha se nota el peso extra con respecto a la 250 y, sobre todo, la potencia. Solamente con pensar en dar gas estás acelerando y si no lo haces estando preparado te puede poner en serios apuros. Ni que decir tiene que la rueda delantera se levanta al instante. Las suspensiones también trabajan a la perfección y lo cierto es que cuando te acostumbras a las inercias no es mucho más complicada que su hermana pequeña, eso sí es más exigente físicamente y eso es algo que hay que tener en cuenta cuando pensamos pasar la mañana en el campo.

Valoración Final

Si hablamos de la Yamaha WR250F se puede apreciar el trabjo que han hecho en Yamaha para ofrecer una cuarto de litro para todos los públicos. Una moto fácil de llevar, pero a la que se le puede sacar mucho potencial. El hecho de haberse desprendido de la palanca de arranque hace que sea algo más ligera, aunque en líneas generales el peso no es un problema.
Como hemos dicho antes, la Yamaha WR450F ya requiere lo mejor de uno. Una buena cantidad de caballos a tus órdenes que pueden jugar en tu contra si estás por trialeras y no eres muy experto. Es también muy divertida, pero bastante más exigente físicamente hablando no por la diferencia de peso si no por la entrega de potencia y las inercias que genera el 450.

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