Saltando fronteras (V): Croacia, paraíso motero
La Ducati Multistrada 1260 Enduro nos ha acompañado en este periplo


Cruzar la frontera del quinto país, sexto si contamos Mónaco, nos supuso una subida de adrenalina. Ya estábamos lanzados hacia los Balcanes y no había quien nos parara. Cruzamos por Rupa con destino Rijeka y la E65 que prácticamente no abandonaríamos hasta Bosnia y Herzegovina. Yo había hecho los deberes antes de salir y conocía de las bondades que ese descenso rumbo sur tenía.
Lo que no contemplas sentado delante del ordenador en casa cuando preparas la ruta, es que por muy bien que te lo pinten la realidad de este tramo supera cualquier expectativa. Ya era sospechosamente agradable cuando nos cruzábamos con otros viajeros en moto por el norte de Italia y también en Eslovenia, hablando de las rutas que íbamos a hacer cada uno y les hablabas de la Costa Dálmata a todos les cambiaba la cara para mostrar una sonrisa pícara. Muchos viajeros en moto bajan hasta Corfú (Grecia) y todos ellos siguen esta misma ruta. A decir verdad la mayoría van buscando las bondades de Albania, donde los precios de alojarse son muy bajos y puedes pasar una larga estancia por muy poco dinero.

Ya en la segunda jornada a la altura de Senj, nos pasaron tres Suzuki Katana en una apurada de frenada arrancando las pegatinas de la Ducati. Cuando más adelante coincidimos comiendo con ellos en un chiringuito de playa, nos contaron que eran de Suzuki Hungría. Venían desde allí para hacerse el tramo entero hasta Ploce y luego se daban media vuelta. Les compensaba hacerse los 1000 km para llegar aquí. Como tiempo después nosotros íbamos a visitar Hungría, les pregunté con cierta preocupación si allí no había buenos tramos para ir en moto. Si respuesta fue taxativa y veraz: como este ninguno. Aun teniendo en cuenta que semanas más tarde rodamos por los Alpes, de todo el viaje es este tramo el que me viene a la mente cuando pienso en el más racing y divertido de toda la ruta.
Hay muchos sitios que ver y visitar. También mencionar que se nos quedó pendiente tomar uno de los numerosos barcos que te llevan a pasar el día a algunas de las islas de la costa. Y aunque te quedes en tierra firme, pasear por Zadar y visitar Split es necesario para entender la gente y la historia de este estupendo país. No me parece tan recomendable Dubrovnik, no tanto porque no merezca la pena, más bien porque se ha convertido en una pequeña Disneylandia con más turistas de los que puede albergar.

La guinda del pastel para los que vamos en moto es la subida al Sveti Jure (1.762 m), algo así como el Stelvio croata. Se eleva sobre la ciudad de Makarska y es el pico más alto del monte Biokovo. Esta muy al sur del país, nosotros los visitamos en la salida hacia Bosnia. Es bastante particular por las vistas que tienes del Adriático a diferencia de lo vivido en Alpes o Pirineos donde estas rodeado de alta montaña. Os lo recomiendo.
El único punto "negativo" es que te quedas "atrapado" en este país. El clima acompañaba para rodar por la mañana, ir a la playa por la tarde y conocer la ciudad donde íbamos a dormir por la noche. De esta manera los días en Croacia iban pasando a pesar de tener mucha ruta por delante, la planificación se iba al traste. Me pareció el "canto de sirenas" para un viajero en moto, llegas pero no tenía claro cuando íbamos a salir. A partir de aquí giramos hacia el interior y no volvimos a ver el mar hasta muchos miles de kilómetros, ya de vuelta en Génova, pero Croacia quedará para siempre como uno de los mejores países de esta larga ruta y posiblemente uno de los que más y mejores opciones ofrece para recorrerlo en moto.