La historia de Simon Fox y su canal de Youtube, Blind Leading the Blind, nos deja una vez claro que el ser humano, cuando se lo propone, no tiene límites. Simon se quedó ciego en un accidente de circulación hace diez años, y entre sus sueños sin realizar estaba trasplantar el motor de una Yamaha YZF-R1 a un Mini. Lo que ellos denominan, una Yammamini.
Este iba a ser el proyecto de verdad, tras haber conseguido los conocimientos y habilidades modificando otro Mini. Pero todo se fue al garete. Sin embargo, sus conocimientos mecánicos, habilidades y sobre todo las ganas, seguían intactas así que: ¿por qué no intentarlo con un poco de ayuda? Y de ahí nace este increíble proyecto.
El título de Blind Leading the Blind no está escogido al azar. Es la pura realidad, pues tanto la mujer de Simon como sus hijos, son quienes le han animado y le están echando una mano. Pero como él mismo dice, no deja de ser un ciego guiando a otro ciego (este desde un punto de vista mecánico), ya que ni su mujer ni sus hijos tienen conocimientos de mecánica. Cero. Ninguno.
Seguro que en alguna ocasión nos hemos encontrado con el problema de tener que apretar algo a ciegas, porque no estaba accesible. A pesar de no poder verlo, nos hemos fiado de nuestros otros sentidos, sobre todo el tacto para apreciar cuando todo ha encajado en su sitio, o cuando lo hemos apretado correctamente. Esta claro que esto va un paso más allá, pero no es menos cierto que de nuevo y como hemos dicho, los límites nos los autoimponemos nosotros.
En unos días os traeremos una historia muy similar de un chico que, ciego, anda enfrascado en el proyecto de fabricar nada menos que una Ducati desde cero, a piezas. Sin duda, otro tipo muy grande que merece toda nuestra admiración, como Simon.
