Hay una relación directa entre el uso de los móviles al volante y los accidentes. Y no hablamos de que el conductor, al ir distraído tenga un accidente sino que lo provoque. Y en esta ecuación, los grandes perjudicados son los motoristas ya que si estando atentos a la conducción, muchos accidentes sucenden porque no te he visto, imaginaros si encima van más pendientes el último WhatsApp que han recibido.
De hecho las cifras en este ámbito están muy claras y la prueba la encontramos en Estados Unidos donde cada Estado regula si se puede o no usar el móvil al volante. En aquellos lugares en los que se ha endurecido las normas sobre este tema, se han reducido más de un 10% los motoristas víctimas de accidentes de tráfico.
Es por ello que entre las nuevas medidas previstas por la DGT se barajaba igualar las sanciones por usar el móvil al volante que hacerlo habiendo consumido drogas o alcohol. De esta forma, la sanción económica sería mayor así como la pérdida de puntos.
Usar el móvil equivale a conducir borracho, exactamente con el doble de alcohol en sangre de lo permitido (1 g/l). Además, después de un minuto y medio al teléfono, hemos dejado de percibir el 40% de las señales viales.
Otras medidas que se iban a tomar endureciendo las penas era no llevar puesto el cinturón de seguridad, no hacer uso de los sistemas de retención infantil y el casco además de regular los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal.
Ahora todo ello tendrá que esperar. ¿Hasta cuándo? Pues por desgracia, nadie lo sabe.