Bolsas de depósito de moto: consejos prácticos

El problema comienza si no tenemos un modelo súper rutero, como una BMW R1200RT o Triumph Trophy, y es que transportar todo el equipaje que necesitamos para disfrutar de unos días de descanso no es fácil. Todos sabemos que disponer del espacio insondable de estas “naves nodrizas” del turismo motero no es lo normal. Si vemos la lista de las motos más vendidas, observamos que en los primeros puestos de motos propiamente dichas (aparte de pequeños scooter y modelos urbanos) está normalmente poblado por modelos sport-turismo, naked deportivas y similares, por no hablar de las siempre presentes y admiradas R’s que a todos nos gustan y que históricamente han dominado las ventas de nuestro mercado y que ahora son prácticamente residuales.

De esto se deduce que la gran mayoría de las motos que ruedan por nuestras carreteras no son GT, pero siempre llega el momento en que, tengamos la moto que tengamos, nos lanzamos a la carretera a viajar. Tengamos una superdeportiva sin concesiones, una custom minimalista, una trail, naked… sea lo que sea, la usamos para disfrutar de la mejor época del año (o la peor, que todos vamos a Pingüinos) para hacerlo. Pero eso, cuando te compras una y decides con el corazón, la razón no importa… para eso están los coches familiares.

Pero bueno, vamos a las motos que es lo que nos gusta. Este es el momento en que tenemos que enfrentarnos al problema del transporte del equipaje, sin olvidarnos que muchas de las motos con más ventas en este país no tienen niveles mínimos aceptables de protección aerodinámica para poder viajar sin que la presión del viento te arranque la cabeza… pero ese tema ya lo trataremos en un próximo reportaje. Ahora centrémonos en cómo podemos transportar lo que necesitemos en nuestra moto, tengamos la que tengamos. Desde una Ducati 1299 Panigale hasta una Yamaha MT-07, a cualquiera de ellas le podemos aumentar su capacidad de carga, ya sea (por supuesto) para viajar, para llevar la documentación o la equipación que llevamos a diario al trabajo o al gimnasio.

Ya sólo te queda ver la moto que tienes, ver las distintas opciones que admite y mentalizarte de que con ella puedes viajar lo que quieras, donde quieras, y con tu equipaje. Sigue bien los consejos que te damos a continuación para no tener problemas y… ¡a rutear!

Instalación

Para el transporte, hay dos grandes soluciones de rápida instalación y coste muy contenido. Por un lado están las alforjas y por el otro las bolsas de depósito. De las primeras ya nos ocuparemos próximamente, pero sobre las famosas y socorridas bolsas hablamos ahora mismo.

Se colocan (en principio, que de esto hablaremos más tarde), como su propio nombre indica, sobre el depósito. Lo que cambia entre unas y otras es el sistema de fijación. Básicamente hay tres: por imanes, por enganches a una funda que previamente ya se ha instalado “forrando” el depósito, y como tercera opción está el nuevo y el francamente perfecto sistema desarrollado por GIVI hace pocos años, el Tanklock.

Los modelos más usados son las bolsas que se pegan al depósito por imanes, con lo que se ponen sobre la pieza metálica (o sea, el mismo depósito) y el magnetismo hace el resto. Por supuesto, esto no vale para las que tienen depósito de aluminio o de plástico, sino para la mayoría que las tiene de chapa.

Entre los cuidados que has de tener está el comprobar que los imanes son grandes y de calidad (que se “magneticen” con fuerza al metal) para que no tengas problemas de que la fuerza del viento o las vibraciones lo separen del depósito y se te caiga o salga volando.

También observa que el forro inferior, lo que está en contacto con el depósito, está forrado de algún material suave para que no te arañe la pintura y/o adhesivos. Si no es así, puedes colocar una fina tela o toalla para evitar el roce directo, algo que no quedará bonito pero te ahorrará disgustos.

El sistema más usado hasta el momento por los más ruteros son las bolsas que se fijan por medio de automáticos o sistemas similares a una funda de piel o Cordura previamente instalada sobre el mismo depósito con cinchas. Marcas que fabrican este tipo son, por ejemplo, Ermax, Oxford o las propias BMW y Triumph para para muchos de sus modelos.

Como hemos dicho, en este caso las bolsas se unen por hebillas o automáticos a la funda o pieza que requiere instalación previa en el depósito, es mejor y mucho más segura para los más ruteros. Esa instalación previa suele requerir desmontarlo para pasar cinchas o anclajes por debajo, y la funda sirve para que la bolsa se fije con mucha más fuerza que la de imanes y además evita roces con la pintura. Por otro lado, se suele dejar instalada lo que también protege al depósito del desgaste del sol, del uso diario… y de algún que otro golpe.

También hay que tener en cuenta que no valen para otras motos pues suelen estar hechas a medida según el modelo, por lo que también son más caras que las de imanes.

La otra opción, más cara pero más segura a todos los niveles, son las que llevan anclajes especiales fijados en el tapón del depósito, sistema desarrollado por GIVI.

En este caso, en la instalación se tarda menos que las de las fundas en el depósito pero también tienes instalación previa con tornillos de cabeza Allen, aunque es bastante rápido. No obstante, en estos dos últimos casos, una vez bien fijados, la seguridad que ofrece es perfecta. Con el Tanklock se terminaron gran parte de los problemas de los otros sistemas y, si eres un rutero de verdad o necesitas llevar carga con asiduidad en tu moto, es el sistema más recomendable.

Materiales

Los materiales más usados para estas bolsas suelen ser la Cordura que, como sabes, es un tipo de nylon muy reforzado y que logra ser impermeable y bastante resistente al desgaste del sol, la lluvia y los elementos. Por otro lado, esto permite que se puedan meter en la lavadora sin problemas. Además, tiene un buen nivel de flexibilidad que favorece el sistema de altura variable por cremallera en espiral o la unión de varios pisos.

También se usa la piel, normalmente sintética, que hace que la pieza sea más rígida y pesada, pero muy resistente. También muchos de los modelos con funda en el depósito usan la piel por soportar mejor la temperatura y “envolver” mejor al depósito, aunque recuerda que en este caso suelen tener patronajes específicos para cada moto, y por lo tanto no se pueden adaptar a otra modelo.

Ventajas

Entre las grandes ventajas de las bolsas de depósito, y por lo que es una solución eficaz y muy recurrida por la mayoría de los motoristas, están que se pueden quitar y poner con mucha facilidad, son maleables y la mayoría de los modelos se pueden hacer más grandes o pequeñas según las necesidades de cada uno.

Esto es importante, puesto que con un mismo modelo puedes tener la opción de llevar bastante equipaje en un viaje usando todos los pisos (tres, por ejemplo), y para el uso diario de ir a clase o al trabajo puedes usar solo el inferior para llevar documentación o lo que necesites. De este modo, si te compras una con varios pisos, también puedes ir usándola según cambias de moto variando su tamaño. Por ejemplo, si teniendo una superdeportiva tienes que ir inclinado hacia delante y por lo tanto solo puedes usar un piso, en un modelo más rutero en que vayas más erguido puedes viajar con toda su extensión. Tenlo en cuenta cuando vayas a comprar una.

Otra gran ventaja es que el último alojamiento de la parte superior sea transparente, para que de ese modo puedas llevar el mapa, el GPS o simplemente el móvil cuando estés montando y lo puedas ver bien. También en los laterales tienen pequeños compartimentos para meter monedas para peajes, la cartera o lo que necesites y tener un rápido acceso a ello.

Pero eso no es todo. Muchas de las bolsas de depósito son fácilmente transportables sobre el asiento trasero, puesto que incorporan unos anclajes inferiores donde puedes anclar ganchos o pulpos. Sin duda, es un buen detalle que cuidar cuando las compres, aunque si no tuvieran esos anclajes inferiores puedes fijarlos pasando los pulpos por encima o rodeándola de una buena red elástica.

Si lo haces bien y no llevas pasajero, esto es una fantástica opción. Claro que entonces no serían bolsas de depósito, sino “de asiento trasero”.

Problemas

Las bolsas de depósito se perfilan como la solución rápida e ideal para llevar carga en la moto, pero está claro que hay cosas que debes tener en cuenta.

En las de imanes, si la moto es, por ejemplo, una naked y no tiene una buena protección contra el aire (una pantalla alta), el viento suele empujar la bolsa y conviene lograr alguna sujeción extra. Cargar el peso del tronco y rodearla con los brazos al agarrarse al manillar suele ser algo fácil y natural si la posición de conducción lo permite, como en las deportivas, pero si no se puede agarrar mejor también con pulpos cortos que se fijan a los bajos del depósito (con cuidado de no rayarlo) o a los tirantes del carenado si lo permite. En estas, MUCHO CUIDADO en no colocar dentro nada que pueda ser borrado o directamente “jorobado” por los imanes, como tarjetas de crédito, CD’s, llaves magnéticas, memorias USB, etc.

Las que requieren instalación de la funda de depósito, el mayor cuidado lo has de tener, precisamente, en la instalación, cuidando que las cinchas o ganchos que lo unen no estrangulen ningún manguito, pincen algún cable, etc. Si no tienes sitio o herramientas para hacerlo bien, te recomiendo que vayas a un taller para “asegurar la jugada” y no tener problemas.

Con el sistema Tanklock de GIVI casi todos estos problemas desaparecen y básicamente tienes que preocuparte de dejar bien apretados todos los tornillos del tapón de gasolina que es donde se fija el anclaje central de la bolsa.