Después de muchos meses con un Gobierno «en funciones», en España por fin hay un Ejecutivo en firme. Todavía no se han confirmado los nombres de los ministros (ni cuántos habrá) pero sabemos qué medidas estaban decididas y solo pendientes de aprobación, y qué otras tenían en sus programas tanto el PSOE como Unidas Podemos, quienes van a gobernar en coalición. La primera medida que podemos asegurar sin temor a equivocarnos es que se mantendrá al actual Director de la DGT, Pere Navarro, que «recuperó» su puesto con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno. Intereses políticos aparte, lo cierto es que la vuelta de Navarro ha coincidido con una vuelta a la reducción de víctimas de accidentes (no en moto, cabe señalar) y eso siempre pesa a la hora de mantenerse a la cabeza de la DGT.
La primera consecuencia de la confirmación del nuevo Gobierno es, pues, que la DGT no cambia, y posiblemente el Ministro del Interior (del que depende) tampoco. Y por lo tanto las medidas que tenían aprobadas podrán ponerse en marcha: el «plan de seguridad» para las motos en particular, que podría implicar la entrada en vigor de la obligatoriedad de llevar guantes como medida más llamativa. Además, proponían «potenciar» el uso de prendas protectoras (chaquetas específicas y chalecos con airbag) y veremos cuáles de estas medidas se convierten en obligaciones y cuáles en recomendaciones. Si somos positivos, «potenciar» significa «ayudar» y bajar el IVA del equipamiento protector (algo que hemos pedido repetidamente) sería una buena medida. Algunas de esas medidas debían haber entrado en vigor y llevamos un año de retraso entre unas elecciones y otras.
¿Y la velocidad? Habrá que ver qué ocurre con el límite de velocidad en carreteras convencionales: tras la decisión de dejarlas todas a 90 km/h (bajando el límite de las de arcenes anchos de 100 a esos 90) y después de ver una disminución del número de víctimas de accidentes de coche, no sería de extrañar que la DGT propusiera, o impusiera, bajar más ese límite hasta los 80 km/h (como ya ocurrió en Francia). Otro límite que casi total seguridad bajará será el de las vías urbanas: el límite genérico actual de 50 km/h bajaría a 30 km/h en muchas calles y solo aquellas de varios carriles mantendrían el límite actual. Esto está propuesto hace tiempo y solo faltaba tener Gobierno para aprobarlo.
El nuevo Gobierno también ha dejado claro cómo actuará en dos ámbitos que nos afectan. Lo primero, y como buena noticia a priori, seguirá la liberalización de peajes: no se renuevan los contratos de las empresas que explotan las autopistas y eso permite circular por ellas sin pagar. Y esto sabemos, ya se ha comprobado, que mejora la seguridad: hay menos tráfico por las carreteras alternativas. La duda que queda es cómo se compensará el coste que para el Estado tendrá esto, y parece posible la amenaza de un próximo «pago por uso» (con minipeajes con lector de matrículas al estilo portugués), cosa que amortiguaría ese efecto de mayor seguridad por menos tráfico en la carretera sin pago.
La segunda medida que posiblemente veamos hecha realidad muy pronto será el aumento del precio de la gasolina. Está claro, porque así lo han anunciado y lo llevan en sus programas los dos partidos que van a gobernar, que tienen decidido subir el del gasoil (más impuestos relacionados con el medio ambiente) y la repercusión en la gasolina la notaremos seguro. Hablando de medio ambiente, también es muy posible que nos encontremos con nuevas limitaciones para circular con aquellas motos menos modernas, las que no dispongan de etiqueta medioambiental (anteriores a 2003). En Barcelona desde este año ya no pueden entrar, y veremos qué normas se aprueban a nivel estatal en este sentido.
