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Presentación Yamaha XMAX 400: MAXicompacto

Fotos: Yamaha
La firma de Iwata completa su gama scooter deportiva "MAX" con un cuarto integrante que hereda aspectos técnicos y estéticos de sus hermanos Majesty 400 y TMAX, concentrándolos en un producto con dimensiones de XMAX 250: máxima condensación sport.

Yamaha es consciente de que el mercado actual de las dos ruedas vive, en su mayoría (60%), de las pequeñas cilindradas con las 125 como reinas del sector. Su XMAX 125 y por supuesto, el XMAX 250 en la gama intermedia, disfrutan de un enorme éxito entre los usuarios del segmento scooter desde su nacimiento en 2005. Para el 40% restante, Yamaha concibió hace 11 años el ya intocable TMAX, todo un referente entre los maxiscooter. Pero el “hueco” era grande y ahora ha llegado el momento de lanzar un 400 que cubra el “eslabón perdido”.

Para ello, qué mejor manera de acertar a la primera que aprovechar sinergias y compartir elementos con sus hermanos, pero convenientemente adaptados y evolucionados: motor revisado del GT Majesty 400 (31.5 CV a 7.250 rpm), chasis reforzado del XMAX 250 y diseño deportivo de claras reminiscencias TMAX. Cristiano Tasca, Diseñador Jefe de Yamaha Europa, ha capitaneado el proyecto estético.

Lejos de montar el puzzle y ya está, Yamaha ha aprovechado para mejorar todos los componentes con el objetivo de ganar agilidad sin perder pegada. El dinamismo es uno de los MÁXimos valores de la firma de los diapasones.

Motor “Made in Italy”

Uno de los cambios respecto al Majesty 400 es que su motor ya no estás fabricado en Japón, encargando su producción a Minarelli. Como buen monocilíndrico, su tacto y respuesta no tiene nada que ver con el twin del TMAX, pero los 5.000 € de diferencia (5.799 € sin ABS) respecto a éste, tampoco. El XMAX 400 te obsequia con una suavidad de funcionamiento muy agradable en todo el rango de revoluciones y, aunque al principio parezca algo perezoso en bajos, rápidamente se espabila para ofrecerte lo mejor de sí en medios. No es más potente que otras mecánicas de 350 cc de la competencia, pero tampoco parece tan “apretado”. Su respuesta es tranquila, pero haciendo valer su par máximo de 33.8 Nm a 6.000 rpm te lo pasará bien.

A buen ritmo permite velocidades medias por encima de la legalidad, pudiendo llegar a 160 km/h de marcador sin esfuerzo. Al contrario de lo que percibes con los motores de otros fabricantes, da la sensación de que podría estirar más pues apenas hay fatiga. Con sus 14 litros de depósito y, a un ritmo lógico, puedes mantener una autonomía de unos 250-300 km.

Yamaha X-MAX 400: la instrumentación hereda el diseño del TMAX

400 vestido de 250

Uno de los puntos fuertes del XMAX 400 es que mantiene unas dimensiones poco usuales para tratarse de un megascooter, siendo muy recogido y compacto a pesar del volumen del motor (la caja del filtro tiene buena culpa de ello). Sus 211 kg declarados con todos los llenos también tienen buena culpa de ello (9 kg menos que el Majesty 400 y 30 kg por encima del XMAX 250).

Utiliza un chasis de XMAX 250 más rígido y ligero (1,5 kg) y, aunque su tren delantero no tiene la doble tija de la que hace gala el TMAX, los cambios de dirección se muestran estables y precisos. Las llantas son de 15 pulgadas delante y 13 detrás, un buen compromiso entre agilidad y estabilidad.

En marcha por la ciudad nada raro: sus dimensiones de XMAX 250 le permiten “culebrear” bien entre el tráfico, la rumorosidad mecánica es baja y la postura de conducción es cómoda. Un detalle a tener en cuenta es que yo, que mido 1.80 cm, era incapaz de apoyar las plantas de los pies en el suelo parado en un semáforo: su anchura de asiento puede hacer dudar a los más bajitos.

Yamaha XMAX 400: los 37 l. bajo el asiento permiten guardar dos cascos y más objetos

Valoración final

El XMAX 400 es un digno integrante de la familia más deportiva de Yamaha. Es moderno, atractivo y deportivo, con personalidad Yamaha y sin las “particularidades” de un scooter sport. Por ejemplo, aprovecha muy bien sus huecos (dos guanteras en el contraescudo, la izquierda con llave, y un fantástico hueco bajo el asiento con 37 l. de capacidad) apostando también por la practicidad.

Los acabados son buenos (el asiento o la instrumentación lo confirman), dispone de luz de cruce de leds y su imagen se identifica a la perfección con la “personalidad Yamaha MAX”.

Por otro lado, su catálogo de accesorios es tan numeroso como atractivo, pudiendo elegir entre elementos como el silencioso Akrapovic, la pantalla alta, el top-case de 50 l., los puños calefactables, el asiento Comfort o el respaldo para el pasajero. ¡Hasta MOMO ha fabricado un casco especial para la ocasión!

La versión con ABS llegará a finales de año, mientras que la estándar está disponible en blanco, gris y negro.

Lo mejor:

  • Capacidad de carga
  • Motor
  • Agilidad
  • Diseño

Mejoraríamos:

  • El caballete roza con facilidad
  • No tiene freno de estacionamiento

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