Prueba Triumph Street Triple Rx SE 2015: amor al primer golpe de gas

La filosofía street fighter se basa en personalizar modelos deportivos a los que desnudan de sus carenados para aligerar el conjunto, y sustituyen sus semimanillares por manillares anchos y planos para conseguir una postura más cómoda. El resultado son máquinas muy potentes y manejables tanto para ciudad como para carretera.

Con la Speed Triple, Triumph fue pionera en presentar un modelo que respondía a esta cultura. La gran aceptación y popularidad de este tipo de moto empujó a la marca de Hinckley a desarrollar este mismo concepto tomando como base su Daytona 675 y apostando por un diseño con el que mejorar la potencia, la manejabilidad, las sensaciones y el sonido de la moto. Tras las 50.000 unidades vendidas en sus primeros cinco años de vida se rediseñó por completo para 2013 con un nuevo chasis, unas líneas mas afiladas y una reducción de peso. Cambios que han hecho que la Street Triple siga siendo la referencia del segmento.

Triumph ha querido dar una vuelta de tuerca a su naked media, acompañando a la Street estándar y a la Street R con una tercera versión de apellido RX, una moto más radical que incorpora de serie componentes como el cambio semiautomático, ABS desconectable, o un inmovilizador electrónico. Está inspirada en la Daytona 675R, de la que hereda su colín sobre un afilado subchasis trasero. La decoración exclusiva para este modelo, que combina el subchasis y las llantas en color rojo con el aluminio mate de la carrocería, además de la tapa del colín, la quilla y cúpula, la da un toque más deportivo con una personalidad deslumbrante.

Al subirte en ella las piernas se acoplan perfectamente al depósito, a la vez que los pies buscan las estriberas en el punto justo dónde están colocadas, y los brazos se adelantan de manera natural hacia su manillar ancho y bajo. La forma del asiento, unida a que este no está situado muy lejos del suelo, permite apoyar fácilmente los dos pies incluso a los que no somos altos. Una posición que ha sido cuidadosamente diseñada para su facilidad de conducción por ciudad, y lo suficientemente agresiva para los días en los que quieras buscar emociones fuertes.

El cuadro de instrumentos digital con pantalla LCD es muy completo y fácil de leer. Incluye un tacómetro de gran tamaño, velocímetro digital, nivel de combustible, ordenador de a bordo, indicador de marcha engranada, reloj y luces de cambio de marchas programables. Si además eres de los “quemadillos” para los que cada segundo cuenta, sacarás buen partido a su cronómetro con contador de vueltas.

Triversión diabólica

Con todo ya bajo control, pulso el botón de arranque y escucho el inconfundible y cautivador sonido de su tricilíndrico, con ese particular silbido que se va volviendo más grave según va subiendo de vueltas. Empuja con mucha fuerza desde muy bajas revoluciones, con una respuesta inmediata al abrir gas y un tacto muy suave de sus mandos. Dicen que en el medio está la virtud, y este motor de 675 cc con sus 106 CV y su gran par motor es una prueba de ello. Empuja abajo como un bicilíndrico y arriba como un tetracilíndrico. Y lo hace de una manera muy progresiva y lineal en todo su rango de revoluciones, sin brusquedades ni vibraciones molestas. Te permite salir en una marcha larga sin ningún problema gracias a su inmediata entrega de par y tiene una magnífica recuperación. A partir de 4.500 vueltas la Street Triple Rx ya empuja con contundencia, pero es a partir de las 8.000 dónde su sonido nos avisa que su lado más deportivo va a entrar en acción, comenzando a subir muy rápidamente de vueltas para entregarnos toda su potencia.

Su respuesta desde el momento que giras el puño al arrancar, junto con su ángulo de giro más que aceptable, y el preciso y suave funcionamiento de su caja de cambios permite que se desenvuelva con mucha soltura entre el tráfico. La facilidad de manejo junto con una postura cómoda y esa sensación deportiva incluso por ciudad, me hacía sentir como si nos conociéramos de toda la vida. Nada más dar el primer golpe de gas, bajo mi casco asomó una sonrisilla que me decía que aquella elegante y diabólica británica y yo lo íbamos a pasar en grande.

Y desde aquel momento nos convertimos en inseparables, me hizo recordar mi primera moto, con la que siempre iba a todas partes aunque vestirme y bajar al garaje a por ella me llevara más tiempo que en llegar al sitio en cuestión. Cualquier excusa es buena para cogerla.

Espíritu gamberro

Por autovía, como era de esperar, carece de toda protección aerodinámica. Desde luego este no es su terreno, pero por su posición relajada, respuesta del motor, escasas vibraciones y bajo consumo puedes viajar cómodamente con ella.

Salgo de la autovía y entro en una zona de carreteras con todo tipo de curvas y asfalto dónde poder probar todas sus prestaciones y disfrutar realmente de ella. Tanto en los tramos lentos como en los rápidos es una maravilla. Es muy ágil y ligera, muestra un gran aplomo en curvas rápidas y hace muy sencillos los cambios de dirección. Una simple mirada a la curva y ella ya sabe dónde quieres ir. Y si te has equivocado en tu trazada no pasa nada, la Street Triple Rx te permite rectificar con total confianza. Una máquina que te hará fácil lo difícil, con un comportamiento realmente efectivo que transmite confianza y unas sensaciones realmente excitantes que en ocasiones hará que salga tu espíritu más gamberro.

Cuenta con suspensiones multirregulables que puedes ajustar a las condiciones del terreno y a tu estilo de conducción, aunque para un uso “tranquilo” no te hará falta ya que funcionan a la perfección. Su horquilla invertida Kayaba de 41 mm con un funcionamiento muy progresivo aporta una gran precisión, mientras que su amortiguador se encarga de absorber eficazmente cualquier irregularidad del asfalto.

Como ya decíamos antes, hay potencia en cualquier régimen, por lo que da igual si has salido en una marcha más alta porque su motor recupera con gran facilidad. También podrás olvidarte de coger el embrague y de soltar el gas a la hora de subir marchas, ya que su quickshifter es una auténtica delicia, siendo más preciso cuanto más se va acercando a la parte alta del cuentavueltas.

Su equipo de frenado cuenta con un doble disco flotante de con pinzas Nissin de 4 pistones y anclaje radial, y un disco con pinza Brembo monopistón que son los encargados de parar la moto con un gran tacto y potencia. Además viene equipada de serie con sistema antibloqueo ABS, un plus de seguridad que siempre se agradece.

Valoración final

Si estéticamente me resulta atractiva, su funcionamiento me ha ganado totalmente. La Street Triple Rx es ágil, precisa, potente y muy intuitiva. Una moto muy equilibrada que combina toda su elegancia con un estilo agresivo para una conducción deportiva.

Muy cómoda y fácil de manejar tanto en parado como a la hora de escabullirte entre el tráfico de la ciudad. Los fines de semana puede ser la compañera perfecta con quién disfrutar de los tramos más revirados proporcionándote sensaciones realmente divertidas.

Por 9.495 € puedes tener las mejores prestaciones deportivas en una moto para el día a día, que por supuesto cuenta con una amplia gama de accesorios originales de Triumph que te permitirán personalizar aún más su tu Street Triple Rx.

Lo mejor:

• Respuesta del motor
• Facilidad de conducción
• Agilidad
• Estética

Mejoraríamos:

• Ausencia de ayudas electrónicas
• Confort asiento de pasajero