Prueba Brixton Cromwell 1200 2022

La Brixton Cromwell 1200 2022 viene a completar la familia de las Cromwell, uniéndose a sus hermanas de 125 y 250 cc. y siendo la primera moto de gran cilindrada de la marca. Brixton desembarcó en España hace ya 4 años de la mano del grupo austriaco KSR, propietaria también entre otras de marcas históricas como Malaguti o Lambretta. Con esta apuesta por la cilindrada máxima del segmento neoclásico, Brixton da un salto de calidad y se adentra en un nicho de mercado hasta ahora reservado para las grandes marcas establecidas. Su fórmula aúna fabricación china con diseño de calidad e I+D gestados en el pequeño pueblo de Krems an der Donau, en Austria.

Con esta Cromwell 1200, Brixton acumula ya 13 modelos en su catálogo, todos con estética neoretro y tocando diferentes estilos. Pero es con esta 1200 que la marca planta cara a rivales de grandes marcas como la Moto Guzzi V7 Stone, la Ducati Scrambler 1100 Tribute PRO  o la que probablemente muchos consideren la reina del segmento, la Triumph Bonneville T120.

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Características y Equipamiento Brixton Cromwell 1200

Esta Brixton Cromwell 1200 presenta una de sus mejores bazas en su propulsor bicilíndrico en línea de 1222 cc. con refrigeración líquida, que ofrece su potencia máxima en 83 CV a 6500 rpm. y un par máximo de 108 Nm a 3100 rpm. Un encargo de la marca al fabricante Gaokin, especialista chino en motores y sistemas de transmisión. El corazón del conjunto cuenta con 4 válvulas por cilindro y unas cotas internas de 98,6 mm de diámetro y 80 mm de carrera con una relación de compresión de 10:1, todo ello unido a una caja de cambio de 6 marchas. Los elementos del sistema de inyección son Dell’Orto, y los pistones del fabricante alemán Mahle. Junto con la unidad de control Magneti Marelli, dan una idea de la apuesta del fabricante por elementos de calidad en todo el conjunto.

El equipamiento electrónico incluye un sistema de ABS firmado por Bosch, control de tracción, control de crucero, acelerador electrónico (ride by wire), llave antirrobo y una pantalla TFT que cambia de apariencia según dos modos de conducción diferentes: ECO y Sport. Toda la iluminación es de tipo LED.

El peso declarado de la moto es de 235 kg, con una distancia entre ejes de 1450 mm y el asiento a 80 cms del suelo. El depósito tiene una capacidad de 16 litros, que con un consumo homologado de 4,6 l/100 nos da una autonomía teórica de 347 kms. La velocidad máxima declarada por el fabricante es de 198 kms/h.

La parte ciclo de la nueva Brixton Cromwell 1200 sorprende positivamente por sus acabados y calidad de componentes. El motor va alojado en un chasis tubular de doble cuna, que cuenta con un subchasis desmontable para facilitar las modificaciones al más puro estilo café racer.

El conjunto de suspensiones está compuesto por una horquilla convencional de 41 mm de grosor y 121 mm de recorrido, y un doble amortiguador trasero con 87 mm de recorrido, todo ello provisto por Kayaba. La frenada viene de mano del fabricante NISSIN con doble disco delantero de 310 mm y disco trasero de 260 mm, ambos con pinzas de dos pistones. La moto reposa sobre ruedas con radios de 18” delante y 17” en la trasera, calzadas con neumáticos 100/90R18 y 150/70R17 respectivamente. Opcionalmente se pueden poner neumáticos 110/80R18 y 160/60R17 para el que busque una estética más llena.

El diseño puede resultar para muchos una de las facetas más singulares de esta atractiva naked neoclásica. Con faro redondo, depósito de líneas clásicas, llantas de radios o por sus escapes rectos laterales de acero inoxidable, puede recordar a competidoras como la sempiterna “Bonnie”. Pero algunos detalles como el nuevo logotipo 1200 exclusivo para este modelo, o su instrumentación TFT de un solo volumen circular le otorgan a esta Cromwell un estilo propio.

En Marcha con la Brixton Cromwell 1200

La Brixtom Cromwell 1200 es una moto que por estética, estilo y ergonomía sentará bien a usuarios de todas las estaturas, hasta tal vez los que superen con creces el 1,80 m. En mi caso (que mido 186 cms) probablemente visto desde fuera la moto se vea un poco pequeña. Pero de ninguna forma eché de menos más espacio, más altura o tuve problemas para sentirme francamente cómodo. La posición de los estribos es baja (es fácil tocar con los avisadores), y el manillar es ancho, lo que produce una postura relajada muy estándar y cuando queremos exigirle más. El asiento, que se estrecha por la parte delantera, permite movernos a posiciones más deportivas. 

La calidad general de los acabados, detalles de diseño, pinturas y materiales es más que correcta. Sin duda se aprecia una moto creada desde cero, con toda la intención de hacer de ella el buque insignia de Brixton y un alarde de capacidad por parte del grupo KSR. Tal vez la peor parte sea el acabado del asiento, que presenta un material de calidad justa y una firmeza excesiva. 

Al girar la llave el motor nos proyecta un sonido lleno, ronco y bonito y nada más iniciar la marcha podemos apreciar que el cambio es preciso y suave. Sin falsos puntos muertos y muy adecuado para el aprovechamiento del motor. Un motor que sin duda se convirtió en el protagonista absoluto durante el resto de la prueba, que transcurrió en los alrededores de Gavá por carreteras de trazado sinuoso.

Ya en las primeras curvas se hace evidente que el propulsor está muy conseguido. Empuja desde muy abajo con mucha contundencia y de forma muy lineal. Es muy fácil pasárselo bien, salir alegre de curva, adelantar con agilidad y puede estirarse hasta la zona roja sin dejar de rebañar hasta el final. Las recuperaciones son muy buenas y si alguna vez entramos en curva en una marcha más alta de lo debido, el par impresionante que entrega sirve para no quedarnos vendidos. Es este mismo par el que nos ayuda a enlazar curvas con agilidad y otorga al conjunto un alto factor diversión sin tener que llegar a velocidades ilegales.

La parte ciclo es un conjunto solvente que ofrece confianza al usuario desde el primer momento. La suspensión delantera es tirando a dura, pero creo que esto favorece el aplomo general de la moto y la entrada en curva. No resulta “cabezona” como su rival, la T120 y se comporta más parecido a la Speed Twin en cuanto a agilidad y sensación de ligereza (salvando las distancias, puesto que esta Brixton no es una moto deportiva).

La frenada de la Cromwell 1200 es bastante buena, con un tacto correcto en la maneta y una mordida uniforme y dosificable. El ABS no resulta intrusivo y en general, a velocidades normales, la moto presenta un aplomo considerable y sensación de ser más liviana de lo que es cuando enlazamos curvas.

La conexión del acelerador y el motor es buena, pero la respuesta en el modo Sport es muy brusca. La moto es mucho más disfrutable y más noble en modo ECO. No le hace ningún bien un modo Sport si se limita a entregar toda la potencia al comienzo de la curva. Estoy seguro de que muchos usuarios decidirán no usarlo a menudo o incluso nunca. Creemos que necesitaría un ajuste más fino.

Por cierto que para hacer el cambio de un modo a otro, hay que dejar pulsado uno de los botones de las piñas. Pero la ausencia de un aviso visual (como un parpadeo) o alguna señal en la pantalla, hace que su accionamiento sea un tanto antiintuitivo. Básicamente porque no sabes cuánto tiempo has de estar apretando el botón. Una vez se ha hecho el cambio, la instrumentación cambia de diseño, dándole más protagonismo al cuentarrevoluciones en el modo Sport y más a la velocidad y la información general en el modo ECO. Aparte de esto, ambos modos presentan la misma información típica, que incluye temperatura del motor y autonomía.

El control de crucero funciona bien. Pero una vez más su accionamiento resulta un tanto engorroso las primeras veces. La combinación de botones que lo ponen en marcha es un poco rara. No es un problema para el que la vaya a usar habitualmente, porque es cuestión de acostumbrarse. Pero sí denota un error de diseño o cierta falta de atención a la usabilidad. Cabe mencionar que una vez que está activado, elegir la velocidad que queremos mantener y salir de ella rápidamente es tan sencillo y seguro como en cualquier otra moto.

Quitando estos pequeños detalles, la experiencia general de conducción de esta Brixton Cromwell 1200 es muy positiva. Lo mejor es el motor y una combinación acertada de componentes en la parte ciclo. La moto resulta divertida en curvas y aplomada en carretera abierta.