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El simple placer de recorrer el camino

Fotos: Esther Flex
Cuando el camino es más importante que el destino, cuando el placer no consiste en llegar sino en viajar, cuando a la hora de medir el tiempo cambias los minutos por la altura del Sol, cuando te olvidas de tu día a día y solo te centras en localizar el próximo desvío es entonces cuando se disfruta del simple placer de recorrer el camino.

El oeste de la Provincia de Ciudad Real, hasta casi llegar a Extremadura, nos ofrece un vacío infinito de ciudades y poblaciones. Remanso de paz para moteros, la mayoría del tiempo más pendientes de señales y prohibiciones que de disfrutar de la propia ruta. Los amplios espacios entre los pueblos visitados en esta ruta te harán olvidarte de las señales de 50 presente en las entradas de las travesías, contemplar la planicie castellana mientras saltas ríos que aparecen y desaparecen por arte de magia, visitar viñedos que dan denominación de origen a los caldos de estas tierras, cruzarás Parques Nacionales reserva de la biosfera y finalizarás a los pies de un amplio embalse donde es imposible divisar su otra orilla.

El simple placer de recorrer el camino: otra foto del Embalse de la torre del Abraham

La Plaza Mayor de Ciudad Real es el primer destino de la ruta, todavía con la moto aparcada disfrutamos del necesario y copioso desayuno observando la peculiar arquitectura de su ayuntamiento. La Plaza como la denominan los ciudarealeños, es el corazón de la vida pública desde su fundación en el siglo XIII. Nuestro paseo transita por las conocidas e históricas calles de Cuchillería, Mercado Viejo y Prado, donde merece la pena sonreír a la historia pasada de esta capital de provincia.

Este será nuestro primer y único acercamiento al ladrillo e historia en una ruta centrada en la aventura y el contacto con la naturaleza que la provincia nos ofrece por doquier. Justamente lo que buscamos en esta tierra que centra su economía en la caza, explotaciones ganaderas y vitivinícolas. En base a esto ha esto, ha sabido conservar los campos libres de la explotación urbanística y fomentado entornos naturales muy propicios para disfrutar en moto.

El simple placer de recorrer el camino: campos de labranza

Arrancamos la Tiger 800 en busca de la CM-412, también conocida como la carretera de Porzuna, rumbo a Picón. Resulta sencilla la salida de la ciudad en busca del campo, no hay recorrer mucha distancia para encontrarte en él. Las primeras granjas a ambos lados de la carretera son el primer indicador de que la ruta ha comenzado a pocos kilómetros de la urbe. Según pasamos el pueblo de Las Casas, giñamos un ojo al siempre caprichoso río Guadiana que ha vuelto a aparecer en Villarubia de los Ojos a pocos kilómetros al noroeste de aquí. La contribución del río Bullaque, que conoceremos bien más adelante, hace que su caudal se incremente considerablemente a su paso por Luciana dejando un río mucho imponente a su paso por Extremadura y Portugal.

El simple placer de recorrer el camino: El Guadiana en uno de sus pasos

Entre las localidades de Picón y Porzuna los amplios viñedos son los dueños de esta parte de Castilla. Los caminos que unen estos campos de labor están, en la mayoría de los casos, en unas condiciones óptimas para adentrarnos en moto y nos permiten un off-road moderado para el que la Tiger está sobradamente preparada pese a no contar con ruedas de tacos como su hermana la XC. Esta ruta también os ofrece la posibilidad del enoturismo en varias bodegas de la zona, para los que penséis en dedicarle varios días a estas tierras.

El simple placer de recorrer el camino: Caminos sin final

A pocos kilómetros de la salida de Porzuña cambiamos la CM-403 por la CM-4106, más tranquila y rural que su antecesora con el destino fijado en Horcajo de los Montes como punto de entrada a nuestro siguiente destino, el Parque Nacional de Cabañeros. En esta parte del camino cambiamos la anterior los vinos por la caza. El monte bajo se acerca a la carrera y los campos de cereal se hacen un poco más pequeños. Fincas de caza y cotos privados se nutren del río Bullaque como antes lo hacían las tierras de labor pero ambos parajes nos dejan pequeños nacimientos de agua, senderos y caminos muy propicios para divertirnos con la trail asfáltica que nos sirve de montura, la Tiger 800 vale para todo.

El simple placer de recorrer el camino: páramo verder, con las cigüeñas en sus nidos

Dejamos ya atrás El Robledo rumbo a Navajarra mientras cruzamos el río nuevamente, a partir de aquí la proximidad a Cabañeros se hace mayor. La carretera se retuerce según los tramos y los cambios de nivel hacen del camino una delicia. La localidad de Alcoba hace de frontera natural del parque, nos despedimos de las fincas y tierras de cultivo por unos cuantos kilómetros.

El simple placer de recorrer el camino: elñ verde y los caballos, bonita estampa

Realizamos parada de descanso en Horcajo de los Montes, puerta de entrada si quieres cruzar el parque. Es población de referencia en la zona, una de las áreas de bosque mediterráneo más extensas del mundo y en un mejor estado de conservación. Es un municipio muy preparado para el turismo que todas las actividades relacionadas con la naturaleza y la caza que se han ido generando en la región. Aprovechamos para llenar el depósito y estirar las piernas visitando el Museo Etnográfico pero sin acomodarnos demasiado, todavía nos queda ruta por delante.

El simple placer de recorrer el camino: Casi anocheciendo

Tomamos la CM-4017, ctra de Retuerta para adentrarnos en Cabañeros. No hay dificultad alguna para encontrar el camino, limitaros a seguir el color verde del monte bajo que acompaña la calzada. Son muy frecuentes los caminos que salen de la carretera y unen sus montes, una tentación irresistible para quien pilota una Tiger.

El simple placer de recorrer el camino: fueras de pista de bonitas vistas

El Parque Nacional de Cabañeros está enclavado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, en plena comarca de los Montes de Toledo. Tristemente es el Parque Nacional menos visitado de España, esto se debe más a una pobre campaña publicitaria que una ausencia de calidad en su turismo de naturaleza. Se pueden contratar excursiones a lo largo de sus dehesas, hay multitud de lugares donde solo puedes acceder con visitas organizadas. Es uno de los lugares privilegiados donde contemplar fauna que tristemente se encuentra en peligro de extinción en el resto de la geografía española.

El simple placer de recorrer el camino: el camino nos lleva a disfrutar de buena carretera y naturaleza

A medida que nos vamos adentrando se hacen más frecuentes nuestras incursiones por sus montes. No hay indicaciones de estar transitando por caminos prohibidos siendo este un aliciente para los amantes del off-road. En cualquier caso realizarlo con cierta prudencia, mas de una vez nos tuvimos que volver por el mismo sendero por dónde veníamos por la masiva densidad del monte bajo o los caminos cortados nos impedían continuar.

El simple placer de recorrer el camino: salirse de la senda marcada apetece

Toca despedirse ya de Cabañeros rumbo a uno de los municipios que lo forman Retuerta del Bullaque, en el corazón de los Montes de Toledo. En Retuerta todo vuelve a la normalidad castellana previa al parque, los campos de labor nos acompañan y las explotaciones ganadera van apareciendo en el camino. Sin dejar la CM-4107, que en sus últimos kilómetros nos deja una serie de toboganes muy divertidos nos dirigimos a la población de El Molinillo donde cambiamos a la CM-403 buscando ya en final de la ruta, el Embalse de la Torre del Abraham.

El simple placer de recorrer el camino: llegando al final de la ruta, aunque quedan unas cruvitas

Alimentado por el río Bullaque, con 184 hectómetros cúbicos y una superficie estimada de 761 km este joven embalse, construido en 1997, es una pequeña joya para los aficionados a la pesca o simplemente para un motero que quiere un lugar de descanso al acabar la jornada. De aguas claras y limpias encontraréis numerosas playas donde relajaros parando la moto debajo de un árbol. Toda la parte norte del embalse es una playa aunque no son exclusivas de esta zona, los accesos son numerosos y no lo tendréis difícil si queréis colocaros cerca de la orilla.

El simple placer de recorrer el camino: Embalse de la torre del Abraham

Como os decía al principio, este trazado ofrece al motero una ruta de aventura que os permitirá disfrutar de la naturaleza de la meseta sin alejaros mucho del asfalto, aunque si lo deseáis podréis practicar off-road si vuestra montura os lo permite. O sencillamente alejaros de la ciudad, de las señales de las travesías, de cruzar poblaciones a vuestro paso, de ruidos que no sean los de vuestro propio motor y de esta manera poder concentraros en el simple placer de recorrer vuestro propio camino.

Más datos de la ruta