Prueba BMW R nineT: marcando estilo

Cazadora de cuero, tatoos, camisa de leñador, vaqueros, casco abierto, barba, calcetines de colores, gafitas wayfarer… Desde hace tiempo, la tendencia vintage está de moda, y el “moderneo” social también toma forma en motos como nuestra protagonista de hoy. Pero más allá de tener un producto arcaico, está bien visto recrear un concepto antiguo empleando la tecnología actual. BMW se ha apuntado al carro de los modelos retro desempolvando el prototipo Low Rider presentado en el EICMA 2008 para fusionarlo con elementos de la BMW R1200R Classic como las llantas de radios o el motor bóxer de 1.170 cc y 110 CV bajo un nuevo chasis tubular que sustituye a las dos piezas autoportantes de antaño.

Esta moto pretende ganar clientes “clásicos” en un segmento claramente capitaneado por Triumph y Harley-Davidson (con su Sportster 48 principalmente), y en el que también están la Honda CB1100 presentada hace un año, la Yamaha XJR1300 o la familia Moto Guzzi V7.

El año pasado, BMW celebró su 90 cumpleaños y decidió regalarse esta R nineT, una moto inspirada en aquella primigenia R32 de 1923 y que mantiene algunas señas de identidad de la marca bávara (motor bóxer de aire, transmisión por cardan, ABS de dos canales y color negro como única opción) pero que, además, ha sido diseñada para poder personalizarse desde “casa” o poniéndola en manos de preparadores de prestigio. Nombres como El Solitario MC, Roland Sands, Blitz-Motorcycles o Urban Motor han trabajado sobre una nineT cedida por la propia BMW para dar rienda suelta a su creatividad sobre este modelo.

Base personalizable

Uno de los aspectos más interesantes de la BMW R nineT es que ha sido diseñada pensando en la personalización. De serie viene con asiento de acompañante para uso a dúo, pero por 430,17 € puedes comprar el colín de aluminio tipo cafe racer y adoptar una configuración mixta o 100% monoplaza.

Así, su nuevo chasis tubular (necesario para alojar una imponente horquilla invertida de 46 mm heredada de la S1000RR en lugar del Telelever) dispone de un subchasis de dos piezas finales fácilmente desmontables mediante tornillos en caso de querer dejar la moto monoplaza o incluso sin colín. Por otro lado, el cableado eléctrico de la moto está diferenciado para las funciones esenciales de motor-ABS y las de iluminación. El cardan es el de la GS 2012, e incluye tres taladros para alojar un supuesto portamatrícula lateral. Entre los silenciosos y el basculante hay suficiente espacio para albergar una llanta sobredimensionada de 6 pulgadas de ancho. El objetivo no es otro que facilitar el trabajo de los customizadores en caso de que el cliente decida poner su moto en manos de uno de estos especialistas.

Por lo demás, la nineT ha sido mimada para lograr un aspecto cuidado y personal. Por ejemplo, el depósito de gasolina de 18 l. es de aluminio con zonas a la vista (como también ocurre con el de la R1200GS Adventure), las llantas son de radios (solamente se pueden montar neumáticos con cámara), el faro delantero redondo integra el logotipo BMW en el centro de la tulipa, las tijas son forjadas, incluye amortiguador de dirección de serie y la pipa de dirección está adornada por una chapa identificativa que imita la de las motos antiguas. El puente del manillar grabado con las palabras BMW Motorrad da otro toque de atención.

Valoración final

La BMW R nineT 2014 va dirigida a un público que antepone sensaciones a prestaciones. Para los más pudientes puede ser una segunda moto, pero siempre entendiendo que se ha priorizado en cuestión de calidad de imagen y buenos “ingredientes”. Con 222 kg y unas geometrías conservadoras, la nineT no es un prodigio de agilidad en tramos revirados: para eso ya está la S1000R. La postura es cómoda, el asiento bajo (a 785 mm del suelo) facilita las cosas y, como sucede con las motos clásicas, sientes que vas “encima” de la moto (diseño muy horizontal) y no “dentro” de ella. Esta naked emana “estilo de vida” por los cuatro costados y, a pesar de que dinámicamente cumple, es una moto para que te vean.

Déjate llevar por el tacto enérgico de su bóxer de aire/aceite y su buena dosis de par (119 Nm a 6.000 rpm), juega con el freno motor y el gran mordiente de las pinzas radiales Brembo a la hora de reducir y disfruta del celestial sonido del escape 2-1-2 Akrapovic de serie. Como buena BMW, cuenta con un interesante catálogo de accesorios tales como intermitentes de leds, piezas de carbono, asientos personalizados, silencioso deportivo de titanio, varias opciones para equipaje, etc., si bien no encontrarás puños calefactables, control de tracción, suspensión electrónica o modos de conducción: una moto en estado puro.

Lo mejor:

• Diseño
• Exclusividad
• Acabados
• Sonido

Mejoraríamos:

• Horquilla no regulable
• Precio elevado (15.950 €)