Prueba Michelin Power RS 2017: punto de inflexión

200 km/h, olor a MotoGP, luz artificial en pleno desierto, goma quemada en el asfalto, carteles personalizados en los boxes, bochorno, sudor en la frente y unas sensaciones únicas. No, no se trata de un videojuego sino del Circuito de Losail (Doha, Qatar), escenario elegido por Michelin para la presentación internacional de su nuevo Power RS. Doce metros de anchura, 16 curvas, 5.4 km de largo y 1.068 m de recta son una perla al alcance de pocos. Desde 2004 acoge el GP de Qatar que inaugura el Mundial de MotoGP y desde 2008 es la única carrera nocturna del calendario.

Justo tres días después de que Maverick Viñales lograra la victoria en su debut con Yamaha en la noche qatarí, tuvimos la oportunidad de rodar el Power RS, lo último en neumáticos radiales deportivos de sílice de Michelin, justo por debajo de los Power Slick Evo y Power Cup Evo. En su punto de mira se encuentran rivales de la talla del Bridgestone Battlax Hypersport S21, Pirelli Diablo Rosso III, Metzeler M7RR, Continental SportAttack 3 y Dunlop SportSmart 2.

El agarre en seco no es la única prestación que define a un neumático de carretera para uso deportivo. En el desarrollo de este nuevo neumático, la estabilidad y la manejabilidad han sido también los principales ejes de trabajo. La innovación tecnológica más importante en este sentido es la Michelin ACT+ presente en la carcasa del neumático trasero (en el delantero se emplea la ACT a secas). Para esta tecnología se han registrado dos patentes y evoluciona la distribución de doble compuesto que debutó hace una década diferenciado para los hombros (23%-23%) y la zona central del neumático (54%), ganando rigidez para obtener mayor estabilidad, el secreto de este neumático.

Nuestra intensa jornada de prueba con el Michelin Power RS se distribuyó en tres fases bien diferenciadas. La primera consistía en salir a pista para compararlo con el anterior Pilot Power 3 (desaparece, al igual que el Power SuperSport Evo) en la misma moto (una Yamaha YZF-R1 en mi caso). La segunda fase se centró en probar el neumático en medidas pequeñas, específicamente destinadas a modelos de media cilindrada como la Kawasaki Z300, Yamaha R3 o KTM RC390. La última parte del test consistió en realizar varias tandas con el RS sobre una veintena de las mejores superbikes matriculables de la actualidad, para lo cual elegí sendas Yamaha YZF-R1M y Ducati 1299 Panigale S, ambas con presiones de 2.1/1.9 kg. La montura japonesa me sirvió de referencia para comparar el RS con el Bridgestone S21 al haberla utilizado en el Circuito de Yas Marina (Abu Dhabi) el año pasado, mientras que la italiana me sirvió para saber cómo responde este neumático calzado en una bicilíndrica de alto rendimiento.

Las sensaciones respecto al Michelin Pilot Power 3 son radicalmente diferentes, convirtiendo a este, simplemente, en un buen neumático de carretera. El RS te transmite un feeling de neumático de circuito prácticamente imposible de encontrar en un modelo homologado para calle. Se siente más pegado al asfalto consiguiendo una estabilidad impresionante, sin perder esa tendencia a caer en las curvas que le otorga una excelente agilidad y manejo en los cambios de dirección. En todas las pruebas salimos a pista sin usar calentadores y, si bien la temperatura del asfalto de Losail era más alta de lo normal, demuestra lo rápido que se calienta este neumático.

Las motos pequeñas se testaron en el paddock, en un circuito a pequeña escala del grande perfilado en blanco sobre el suelo y con conos de referencia en los ángulos. El polvillo de arena existente sobre el asfalto de toda la instalación arrastrado por el viento se hacía patente con el paso de cada moto, algo meramente psicológico: el agarre era excelente. Muchos propietarios de estas motos reclaman neumáticos de calidad que ayuden a mejorar el comportamiento de estas monturas que rondan los 40 CV. Tras varias vueltas en las que la habilidad y la rapidez de movimientos fueron la premisa fundamental y el RS no decepcionó. Tras la última vuelta nos esperaba una frenada en recta a 80 km/h sobre mojado: los RS ni se inmutaron. Desde luego, me quedé con ganas de probar este neumático sobre mojado en un circuito grande pero, otra vez será.

Con la R1M y la Panigale las sensaciones fueron diferentes, pero tremendamente positivas. Con la cantidad de tecnología presente en estas motos debes tomarte tu tiempo para lograr un apuesta a punto con la que te sientas cómodo en todo momento. Modo de conducción “full power”, control de tracción en nivel 2 y cambio semiautomático rápido fue la elección. Las suspensiones electrónicas Öhlins semiactivas presentes en ambas otorgan un plus de seguridad que, combinado con los neumáticos, te ayuda a comprender dónde están los límites de un neumático de calle como este.

Con la Yamaha experimenté una trazada tremendamente precisa, sin enmienda y sin apenas errores, consiguiendo una conducción muy efectiva y rápida en todo momento. Frenadas sin descomponerse, aceleraciones sin deslizamiento y curvas sin shimmies ni latigazos. Bien es cierto que la dulce entrega de potencia del tetracilíndrico crossplane también ayuda. Por su parte, la Panigale es mucho más visceral, rápida y agresiva. La salvaje entrega de potencia del bicilíndrico consiguió que los neumáticos se esforzaran al máximo, advirtiendo un desgaste progresivo que fue haciéndose más evidente a medida que se sucedían las tandas. Es lógico que, tras 6 tandas de 30 minutos y cambiando de manos entre 40 periodistas de todo el mundo las gomas se resintieran a última hora de la noche pero, recuerda: ¡es un neumático de calle!

110/70 ZR17 54 (W)
110/70 R17 54H
120/60 ZR17 55 (W)
120/70 ZR17 58 (W)