Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Triumph Bonneville Bobber 2017: puesta de largo en Londres

Fotos: Triumph
Triumph ha realizado una espectacular puesta de largo de la atractiva versión custom "old school" de su Bonneville. Con la nueva Bobber ya son diez las opciones neoclásicas propuestas por la firma británica, un espectro retro que podremos ver de cerca el próximo 8 de noviembre en el EICMA de Milán.

Triumph acaba de anticipar una de las novedades que se verán en el próximo Salón EICMA de Milán: la Bonneville Bobber 2017. La herencia de aquel ejercicio de estilo en forma de Triumph TFC-1, elaborado por fábrica y que pudimos disfrutar en el EICMA 2014, es manifiesta y algunas ideas de esa sugerente concept se han extrapolado aquí.

El escenario elegido por la firma británica para tal efecto ha sido The Print Works, un espacio cool que hace tiempo ocupó una antigua imprenta en la zona industrial de la capital inglesa, al lado del Támesis. Fiesta, música, pilotos, celebrities, motos y pruebas de aceleración no han faltado para arropar la presentación mundial de esta custom-retro. A finales de agosto ya se vio rodando un prototipo y, tras conocerla en primera persona, debemos afirmar que gana muchos enteros respecto a las fotos espía de hace dos meses.

Este modelo está concebido empleando la plataforma de la Bonneville T120, convenientemente rediseñada para un nuevo estilo de conducción que hará las delicias de aquellos puristas unidos por las preferencias custom y retro a partes iguales. Las bobber matriculables son escasas y sólo la Moto Guzzi V9 Bobber, la Harley-Davidson Forty-Eight o la Yamaha XV950R Bolt podrían meterse en el mismo saco que la Triumph. Minimalismo, individualización, personalidad y exclusividad se combinan a la perfección con tecnología, prestaciones, seguridad y buen comportamiento, cuatro pilares esenciales en cualquier montura del siglo XXI que se precie.

Monoamortiguador tipo

La quinta versión de la insigne familia Bonneville “(junto a las T120/ T120 Black), T100/T100 Black recibe un nuevo conjunto chasis-basculante (el monoamortiguador está inclinado bajo el ancho asiento monoplaza regulable en distancia) como claro guiño a los bastidores rígidos de los años ’40. Escapes “cortados”, llantas de radios, monodisco de freno delantero, horquilla convencional Kayaba con fuelles, falsos carburadores Amal, retrovisores en las puntas de un manillar plano tipo drag bar (regulable), juntas “floreadas” para unir los colectores con los cilindros, caja de batería tras el motor, instrumentación reducida a un único reloj analógico (con display digital inferior) son detalles vintage dignos a tener en cuenta. La instrumentación informa de la marcha engranada y contiene odómetro, doble cuentakilómetros parcial, indicador de mantenimiento, autonomía estimada, nivel de combustible, consumo medio e instantáneo, reloj y ajustes del control de tracción.

Escapes más cortos y ligeros que la Triumph Bonneville T120

Por otro lado, bajo esa apariencia a moto antigua se esconde mucha tecnología de sus hermanas de marca, como el acelerador electrónico, ABS (no desconectable), control de tracción (desconectable), doble modo de conducción (Rain y Road), embrague antirrebote asistido, luz trasera LED, pinzas de freno Nissin, depósito de gasolina de 9,1 l., manetas regulables o llave de contacto con inmovilizador electrónico.

El motor sigue siendo el mismo bicilíndrico en paralelo de 1.200 cc, 8 válvulas, Euro 4 y refrigeración líquida con cigüeñal a 270º que este año han estrenado las T120, pero la Bobber llega ahora cargada con mucho más par. En este caso, la cifra de potencia pasa a un segundo plano, primando sensaciones y aceleración sobre todo lo demás: los bajos y medios son más poderosos que en cualquier Bonneville conocida. La caja de admisión ha sido rediseñado y ahora emplea dos filtros.

Intermitentes tipo bala en la Triumph Bonneville Bobber

En lo que respecta a las llantas, emplea una 19 pulgadas delante y 16” detrás con neumáticos Avon Cobra (el trasero radial). Los acabados de la Bobber están muy cuidados y mezcla piezas pulidas con otras cepilladas y en bronce. Como buena moto custom, Triumph ha preparado un catálogo con más de 150 accesorios y multitud de piezas para personalizarla a gusto de cada cliente, como un manillar “cuelgamonos”, tres asientos de cuero diferentes, bolsas laterales, retrovisores, amortigiador FOX, portamatrícula en el lateral izquierdo del basculante, escapes de aluminio Vance & Hines, etc. Para los amantes de la moda, también se ha creado una línea de ropa casual específica acorde a la estética de esta hot rod. Teniendo en cuenta que el PVP de una Triumph Bonneville T120 es de 12.100 €, no sería descabellado pensar que la Bobber rondará los 13.000 €. Habrá 4 decoraciones disponibles: rojo, verde-plata, negro y gris mate.

Lo último

Lo más leído