De ruta con el Honda X-ADV: destino MotoGP

Que Honda está viviendo una época de oro en la categoría reina de MotoGP es una realidad, algo sólo comparable al dominio Doohan-NSR en la década de los 90. Qué mejor motivo para asistir al GP de Aragón, fijo en el calendario mundialista desde hace 10 años, y poder disfrutar en primera persona de un espectáculo único. Tras los antecedentes de 2015 con la Honda F6B y 2016 con la Africa Twin, este año nos tocaba repetir experiencia con el X-ADV, un scooter trail tan sofisticado como polivalente, que no se asusta ante ningún desafío y que puedes probar por ti mismo.

El Honda X-ADV ya lleva tres temporadas entre nosotros. Concebida y desarrollada originalmente por el equipo de I+D de Honda Italia (Roma), el año pasado recibió un primer restyling que incluía control de tracción HSTC (desconectable y con dos niveles de intervención, a través del botón ‘T’ de la piña izquierda), modo G para ganar par, relación de cambio más cerrada, 900 rpm extra de estirada (ahora sube a 7.500 rpm), versión A2 con 35 kw y nuevos colores. Los amantes del mundo trail se encontrarán a gusto gracias al manillar ancho de aluminio con sección variable, llantas de radios (con válvula de inflado horizontal) para neumáticos mixtos sin cámara (Bridgestone Trail Wing), generoso recorrido de suspensión (13.7 cm delante y 15 cm detrás), monoamortiguador trasero con bieletas, instrumentación central con pantalla LCD y diseño tipo rally (inspirada en la CRF450 del Dakar), cubremanetas, cubrecárter (2.5 mm de espesor) o silenciador elevado. El enfoque moto-touring está potenciado por la horquilla invertida de 41 mm (ajustable en precarga y rebote), la llanta delantera de 17 pulgadas (trasera de 15”), un robusto basculante de aluminio, transmisión secundaria por cadena, parabrisas regulable en altura (manualmente en cinco posiciones), iluminación full-LED, pinzas de freno delanteras radiales Nissin, ABS (no desconectable) y su innovadora caja de cambio automática-secuencial de 6 velocidades con transmisión DCT de doble embrague.

Al contrario que en anteriores ocasiones, Honda nos proponía una ruta de 400 km desde Barcelona a Fuentespalda (destino donde se encontraba el hotel), empleando la zona sur en lugar de tirar por arriba, un itinerario salpicado con un poco de todo: tramos de autopista, autovía, carreteras secundarias, callejuelas y pistas de tierra. Que "Don Google" indique 5 horas y media de duración está bien a nivel orientativo, pero que la realidad siempre supera la ficción también es cierto. Finalmente, la ruta se completó en 11 horas (9.30-20.30) contando paradas de foto-comida-repostaje, sin lluvia y con muchas ganas de disfrutar.

Partiendo de las instalaciones de Honda España en Santa Perpetua de Mogoda por la A2 dirección Lérida, cubrimos la ruta pasando por San Andrés de la Barca, Martorell, Igualada, La Panadella, Santa Coloma de Queralt, Santa María de Vallfogona de Riucorb, Tárrega, Claravalls Agramunt, Camarasa, San Lorenzo de Montgai, Balaguer, Torrefarrera, Alcarrás, Fraga, Mequinenza, Caspe, Alcañiz, Valdealgorfa, Valderrobles y Fuentespalda.

La revirada carretera entre Sta. Coloma de Queralt y Vallfogona de Riucorb sirvió para deleitarnos con el X-ADV en modo S3 para, poco después, salirnos de lo negro en una pista de tierra cerca de Claravalls. Activar el botón G bajo la instrumentación en estas condiciones siempre es recomendable ya que cambia de marcha más rápido y, combinado con un control de tracción desactivado y modo S2, disfrutas de lo lindo derrapando de pie sobre las estriberas dentadas montadas como accesorio. La suspensión absorbe muy bien las irregularidades del terreno, apoyándote con consistencia sobre el manillar ancho y con el parabrisas colocado en su posición más baja para ver mejor lo que sucede delante de ti. La comida, en el Restaurante El Mirador, dirección Balaguer: la exquisita crema catalana de postre, antes de reanudar la marcha paralelos al Río Segre, no pudo faltar. El Embalse de Sant Llorenc de Montgai, a los pies del restaurante, aportó un tono relajante y unas vistas de visos pictóricos: un lugar ideal para relajarse.

La tarde nos depararía otro reto más. Comprobar hasta qué punto se puede economizar consumos con el X-ADV. El que menor consumo medio lograra sin bajar de 60 km/h durante un tramo concreto con poco tráfico y con límite de tiempo, ganaba. Finalmente terminé cuarto, con 2,7 l./100 km en modo D, mientras que el primero lucía un 2,4 l. en su display, digno de los mejores 125 cc. Al margen de este simpático desafío, queda claro que el X-ADV es un producto tan versátil y polivalente como original y tecnológico, cuya capacidad de adaptación al medio y a su usuario es sorprendente.

Llegar de noche al hotel con más cansancio acumulado de lo normal no entraba en nuestro planes iniciales, pero la iluminación full-LED del X-ADV, la sesión de cronos del sábado y las carreras del domingo hacían que rápidamente cargases baterías para lo que estaba por venir, un fin de semana perfecto para Marc Márquez que firmó una sólida victoria y se encamina sin reproches a su 8º Mundial de Velocidad.