Prueba Benelli TRK 502 2017: sin complejos

Benelli ha cambiado radicalmente en la última década. Una de las firmas históricas europeas, fundada en 1911, ha sabido adaptarse bien a los nuevos tiempos. Desde que en 2005 la absorbiera el gigante asiático QianJiang, la renovación de la gama ha ido evolucionando radicalmente cambiando su filosofía “exclusivista” de siempre por otra más comercial. En la fábrica de QJ 14.000 trabajadores producen 1,2 millones de motos al año, unas cifras que nos dan idea de la dimensión que estamos tratando.

Así se ha llegado al punto actual, cambiar las motos de gran cilindrada por una oferta media/baja atractiva, asequible y competitiva más lógica con la que puedan tener más presencia en el mercado que con las anteriores TnT 1130/899 y Tre-K. La gama 2017 del fabricante italo-chino está compuesta por 6 modelos y 5 segmentos diferentes (fun, naked, sport, retro y trail), siendo la TRK 502 la última en llegar. Además, hasta la comercialización de la Leoncino scrambler con la que comparte motor, es el buque insignia de la firma del león. La TRK 502 fue presentada en sociedad en el Salón EICMA 2016, sorprendiendo por su buena imagen y posicionamiento.

En el segmento de las trail medias en el que compite nos encontramos con rivales como la Kawasaki Versys 650 Tourer (8.701 €), Suzuki V-Strom 650 (8.599 €), Yamaha Tracer 700 (8.299 €) o BMW F700GS (9.200 €), siendo la Honda CB500X (6.350 €) la alternativa directa real, aunque de enfoque más urbanitas. Por debajo encontramos las nuevas monturas trail de 300/250 (como las Honda CRF250 Rally, Suzuki V-Strom 250, BMW G 310 GS o Kawasaki Versys-X 300) que se quedan cortas en lo que a prestaciones/rendimiento se refiere, con un PVP similar.

Bajo una carrocería con un frontal “pico pato” que nos recuerda en cierta manera a la Ducati Multistrada 950, la Benelli TRK 502 emplea los cárteres y la plataforma del propulsor de la Benelli BN 302 convenientemente adaptado a la nueva cilindrada, es decir, un bicilíndrico en paralelo Euro 4 con 8 válvulas refrigerado por agua con 47.6 CV a 8.500 rpm, cambio de 6 velocidades, cigüeñal calado a 360º e inyección electrónica Delphi MT05 (cuerpos de 37 mm). Seguro que en un futuro a corto plazo, Benelli lanzará más modelos con una configuración parecida y, por qué no, de mayor cilindrada.

El equipamiento de la TRK 502 es muy completo para tratarse de una moto de su precio, algo que hace que borres tus prejuicios de un plumazo: parabrisas alto con deflectores laterales, defensas de motor, toma de corriente USB, diábolos en el basculante para caballete, chasis multitubular de acero, cubremanetas, horquilla invertida de 50 mm de diámetro (no regulable), amortiguador trasero regulable en precarga, llantas de aleación de aluminio de 17” (de radios opcionales con delantera de 19”), 20 l. de gasolina, pinzas delanteras radiales de 4 pistones con protector antigolpes, neumáticos Pirelli Angel ST, ABS Bosch (desconectable desde un botón del manillar), luces LED (posición, intermitencia, trasera), estriberas de conductor anchas dentadas con tacos de goma extraíbles (ideal para uso con botas off road), instrumentación mixta, torretas de manillar con anclaje flotante, protector de bomba de freno trasero, maneta de freno regulable, soporte de maletas, etc. Examinando con lupa, la calidad de algunos acabados (soldaduras, tornillería, remates, plástica) podría mejorarse, pero en ningún caso desentonan. El tapón del depósito de gasolina queda suelto una vez abierto, en vez de emplear una cómoda bisagra como en la mayoría de motos, algo que sería de agradecer.

Que las motos trail están de moda no es nada nuevo. Desde hace pocos años han desbancado a las grandes ruteras de siempre por versatilidad, ligereza y “adaptabilidad” a distintos escenarios. La parte alta de la tabla está cubierta y sobresaturada, pero la intermedia agradece la llegada de modelos como esta Benelli, pues todavía está por explotar.

La TRK 502 no llega para desbancar a nadie ni para ser la nueva referencia del mercado, pero ataca una cilindrada muy interesante de cara a aquellos ruteros que todavía no tienen carnet A y disfrutan haciendo largas rutas sin preocupaciones ni estrés, rodando ligeros sin echar nada de menos. Los bajos y medios son notables, algo fundamental en el día a día.

Así, la TRK 502 te obsequia con un equipamiento muy completo para su precio, un funcionamento muy correcto y un comportamiento estable en todo momento. El radio de giro es muy amplio facilitando cualquier maniobra, la posición de conducción es natural y nada forzada, muy integrado en la moto con un asiento mullido que agradece el paso de los kilómetros. Su potencia tiene un límite si queremos rodar por encima de la media lógica, realizando una conducción cómoda a 130 km/h pero algo más forzada a 160 km/h con algunas vibraciones en las extremidades a partir de 7.000 rpm. Circulando solo es agradable y amigable con su conductor, requiriendo algo más de esfuerzo cuando llevas acompañante. A este respecto cabe decir que las estriberas traseras son pequeñas, con una accesibilidad incómoda para quien montemos detrás. La autonomía, todo sea dicho, es excelente, rondando los 400 km en nuestra prueba.

Por otro lado, circulando por ciudad debes tener cuidado con las defensas pues su diseño “abierto”, ideal para no machacar las maletas o la carrocería en caso de caída y proteger tus espinillas en alguna pista de tierra estrecha, es un handicap al circular entre coches o sortear atascos por ciudad debido a un ángulo de apertura pronunciado.