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29-08-2016
Fotos:
Javier Ortega
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La Triumph Thruxton ejemplifica la esencia del movimiento cafe racer como ninguna otra montura en el mercado. Adaptada a las necesidades del siglo XXI, es una digna heredera del espíritu "ton-up boys" y los pelos engominados de los sesenta. Pero sólo el espíritu y la imagen, pues su comportamiento está al nivel de una naked deportiva de última generación: una moto divina.

Lo mejor
Motor
Chasis
Agilidad
Electrónica
Mejoraríamos
Radio de giro
Horquilla no regulable
Asiento biplaza duro
Valoración final

La gente te observa, la mira y pregunta: la Thruxton llama la atención. Un modelo con clase para aficionados exigentes y con buen gusto que buscan una montura con un excelente tacto que les permita rodar a ritmo de Street Triple por carreteras de curvas y, al mismo tiempo, puedan ir al trabajo o circular sin estrés "ronroneando" con la aguja a 3.000 rpm.
La Triumph Thruxton es una moto especial con mucha personalidad, bien hecha, cargada de detalles distintivos y, al mismo tiempo, una excelente clásica contemporánea. Es uno de esos modelos que te apetece coger a todas horas buscando cualquier excusa para moverla del garaje, una cuidada pieza británica que te motiva y te ilusiona, y con la que es fácil hacer kilómetros.
Es agradable, efectiva, se mantiene fiel a los orígenes y es ideal para personalizar debido a la multitud de accesorios diseñados específicamente para ella. Sus principales diferencias con la Thruxton R (suspensiones y frenos) no hacen de ella una opción descartable ya que, excepto que quieras entrar en circuito, cumple con creces su cometido en la vida real. Por 100 € más que una Speed Triple S tienes la mejor neoclásica del momento... ¡con permiso de la Thruxton R!

Material utilizado en la prueba